En realidad, la hiladora básica primitiva es el huso o torcedora, inventado en el Neolítico, cuya utilización se acabó complementando con la rueca, que facilitaba el trabajo al liberar una de las manos.
[1] Más sofisticado es el ingenio o máquina de hilar propiamente dicha, por extensión llamada también rueca, que nació de la adaptación de esta a un aparato con una rueda, un pedal o manivela y una devanadera pequeña o soporte giratorio fijo en el cual se enrolla la madeja hilada, sustituyendo así la función del huso y haciéndolo más eficaz.
La rueca mecánica aparece en la India alrededor del 500 a. C. y llega a Europa sobre los siglos XIII-XIV.
En general, el funcionamiento de la rueca mecánica, fabricada casi siempre con madera, se basa en una rueda giratoria accionada a mano o mediante un pedal, este último introducido en Europa durante el siglo XV.
[4] La rueda hace girar los volantes o devanadera, que permiten el enrollamiento del hilo en el carrete.