stringtranslate.com

Disturbios de Nika

Los disturbios de Nika ( en griego : Στάσις τοῦ Νίκα , romanizadoStásis toû Níka ), rebelión de Nika o sedición de Nika, tuvieron lugar contra el emperador bizantino Justiniano I en Constantinopla durante el transcurso de una semana en el año 532 d. C. A menudo se consideran los disturbios más violentos en la historia de la ciudad, en los que casi la mitad de Constantinopla fue quemada o destruida y decenas de miles de personas murieron.

Fondo

El Imperio romano tenía asociaciones bien desarrolladas, conocidas como demes , [2] que apoyaban a las diferentes facciones (o equipos) a las que pertenecían los competidores en ciertos eventos deportivos, especialmente en las carreras de carros . Inicialmente hubo cuatro facciones principales en las carreras de carros, diferenciadas por el color del uniforme con el que competían; los colores también eran usados ​​por sus partidarios. Estos eran los Azules ( Veneti ), los Verdes ( Prasini ), los Rojos ( Russati ) y los Blancos ( Albati ), [3] aunque en el siglo VI los únicos equipos con alguna influencia eran los Azules y los Verdes. El emperador Justiniano I era partidario de los Azules, aunque su apoyo a la facción disminuyó cuando entró en los primeros años de su reinado, adoptando una postura más neutral mientras buscaba limitar el poder de las facciones. [4] Puede que no sea coincidencia que cuando el emperador trató a las facciones de manera más igualitaria, se volvieron más inclinadas a unirse. [4] Además, el ardiente apoyo previo de Justiniano a los azules lo hizo parecer parcial y contribuyó a su menguante control de la capital hasta el año 532. [5]

Los demos se habían convertido en el centro de atención de diversos problemas sociales y políticos para los que la población bizantina en general carecía de otras formas de expresión. [6] Combinaban aspectos de bandas callejeras y tomaban posiciones sobre los aspirantes al trono. Con frecuencia intentaban influir en la política imperial gritando demandas políticas entre razas. Por otro lado, el emperador podía apelar a los demos y legitimar sus acciones políticas para ganar su apoyo, y esto fortalecía el vínculo entre el emperador y el pueblo. [7] Además, la fracción de los demos era leal al gobierno imperial, ya que sus defensas voluntarias quedaron registradas, especialmente la defensa del Muro de Anastasio en 583 fue iniciada parcialmente por algunos de sus miembros. [8]

En el año 531 d. C., algunos miembros de los Azules y los Verdes fueron arrestados por asesinato en relación con las muertes ocurridas durante los disturbios que siguieron a una carrera de carros. [9] No eran desconocidos los disturbios relativamente limitados en las carreras de carros, similares al vandalismo en el fútbol que ocasionalmente estalla después de los partidos de fútbol en los tiempos modernos, pero con devastaciones como incendios y asesinatos. Los asesinos iban a ser ejecutados, y la mayoría lo fueron. [10] Sin embargo, el 10 de enero de 532, dos de ellos, un Azul y un Verde, sobrevivieron a la ejecución, ya que el cadalso se rompió. Al enterarse de esto, los monjes del monasterio de San Conón llevaron a los dos partisanos a la iglesia de San Lorenzo, donde fueron puestos bajo vigilancia por las tropas del prefecto. [11]

Justiniano estaba nervioso: estaba en medio de una negociación con los persas sobre la paz en el este al final de la Guerra Ibérica , y ahora se enfrentaba a una posible crisis en su ciudad. Por lo tanto, declaró que se celebraría una carrera de carros el 13 de enero y conmutó las sentencias por prisión. Los Azules y los Verdes respondieron exigiendo que los dos hombres fueran indultados. Cuando Justiniano ignoró sus súplicas, ambas facciones se unieron bajo la frase "Nika" o "conquistar" y comenzaron a disturbios (ver Disturbios para más detalles). [12]

Causas

Justiniano , junto con sus funcionarios prominentes Juan de Capadocia y Triboniano , enfrentaron una desaprobación pública significativa debido a la implementación de altas tasas impositivas, [13] acusaciones de corrupción contra los dos últimos funcionarios, [13] y el trato severo de Juan a los deudores. [13] [14] Justiniano y Juan también redujeron el gasto en el servicio civil y tomaron medidas para combatir la corrupción dentro del servicio civil. [14] Juan fue particularmente desfavorable entre las élites senatoriales, que se vieron duramente afectadas por la nueva política fiscal de Juan que apuntaba a los más ricos de la sociedad, lo que probablemente llevó a la influencia senatorial dentro de los disturbios. [15] [4] Justiniano también tomó medidas para disminuir la influencia de ambos equipos. Esto fue percibido por los Verdes como una acción opresiva similar a las reformas implementadas en el servicio civil, mientras que los Azules sintieron una sensación de traición. [14] El código legal romano fue ampliamente percibido como un marcador que distinguía a los romanos civilizados de los " bárbaros ". ( Latín : barbari ). [16] El código legal también era importante desde el punto de vista religioso, ya que se creía que los romanos eran "escogidos por Dios", siendo un símbolo de justicia. [16] Como resultado, la implementación exitosa de reformas legales significativas por parte de un emperador se consideraba como una forma de otorgar legitimidad a su reinado, mientras que la falta de progreso en esta área se interpretaba como una señal de desagrado divino. [16] Lo que había llevado nueve años para el código teodosiano, a Justiniano le llevó solo trece meses. [16]

Sin embargo, antes de los disturbios de Nika de enero de 532, el ritmo de las reformas legales se había ralentizado significativamente. [16] Al mismo tiempo, Justiniano estaba involucrado en una guerra infructuosa contra el Imperio persa . Si bien las victorias bizantinas iniciales en Dara en la primavera de 530 y Satala en el verano de 530 habían mejorado temporalmente su legitimidad, la derrota en Callinicum en 531 y el deterioro de la situación estratégica tuvieron un efecto perjudicial en la reputación del emperador. [16] Las reformas legales se encontraron con la resistencia de la aristocracia desde su inicio, ya que eliminaron la capacidad de utilizar leyes y jurisprudencia oscuras para evadir juicios desfavorables. [16] Como resultado, la decisión de Justiniano de ignorar las súplicas de las facciones para conceder amnistía a los dos individuos arrestados en relación con los disturbios exacerbó aún más la ira y el resentimiento hacia el emperador, lo que provocó que las facciones se volvieran más violentas en sus métodos, provocando incendios y atacando indiscriminadamente a los guardias imperiales. Otra causa que podría haber contribuido a la intensidad de los disturbios fue el hecho de que el poder de estas facciones había permanecido sin control durante mucho tiempo bajo el reinado de Justino, y Justiniano luego fortaleció sus rivalidades al apoyar a una facción específica. Además, el hecho de que la actividad hacia las facciones había sido en gran medida irrestricta durante tres décadas antes durante el reinado de Justino, significaba que la probabilidad de que trabajaran juntas en una causa común era mucho mayor. [4] Se cree que su fuerza casi desenfrenada, combinada con cualquier resentimiento que tenían contra el Emperador, condujo a los disturbios de Nika de 532 d. C. [17] De manera similar, era raro que las dos facciones comenzaran a trabajar juntas de esta manera y que se militarizaran, lo que contribuyó a la gravedad del levantamiento. [18]

Disturbios

Un mapa del barrio del palacio, con el Hipódromo y Santa Sofía

La cronología proporcionada para estos disturbios no es exacta y se deriva de diferentes fuentes, incluida una de John Malalas y otra de Procopio. [19]

En un principio, era poco probable que los disturbios tuvieran como objetivo final derrocar a Justiniano, ya que los primeros días de los disturbios fueron una muestra más extrema del vandalismo y el vandalismo típicos de las facciones, que se vio exacerbado por la respuesta emocional a los criminales fugados del Partido Azul y Verde, con el objetivo de liberar a los alborotadores arrestados. Por lo general, los disturbios eran más "de naturaleza conservadora" y se utilizaban para hacer que el emperador rindiera cuentas y fuera consciente de la voluntad del pueblo. Sin embargo, en el caso de los disturbios de Nika, la población no se apaciguó con las promesas vacías de cambio de Justiniano y probablemente fueron alimentados por una intervención senatorial oportunista para desviar la atención hacia la destitución de Justiniano. [5] [15] Estos disturbios compartían características comunes con otros durante este período. Sin embargo, se destaca por el grado de militarización. Una conducta común antes de este motín incluía el lanzamiento de piedras, algo que había sido prohibido por Justiniano en su decreto antidisturbios de 527. [20]

El 13 de enero de 532, una multitud enfurecida llegó al Hipódromo para las carreras. [11] El Hipódromo estaba al lado del complejo del palacio , por lo que Justiniano podía presidir las carreras desde la seguridad de su palco en el palacio. Desde el principio, la multitud lanzó insultos a Justiniano. Al final del día, en la carrera número 22, los cánticos partidistas habían cambiado de "Azul" o "Verde" a un Nίκα unificado ( "Nika" , que significa "¡Gana!", "¡Victoria!" o "¡Conquista!"), y las multitudes estallaron y comenzaron a asaltar el palacio. El motín duró una semana. Los incendios iniciados durante el tumulto destruyeron gran parte de la ciudad, incluida la iglesia más importante de la ciudad, Santa Sofía (que Justiniano reconstruiría más tarde).

Se cree que el 14 de enero, el segundo día de los disturbios, Justiniano, en lugar de negociar concesiones políticas, ofreció organizar más carreras y juegos en un intento de apaciguar a los alborotadores. [15] Sin embargo, esto hizo poco para detener la violencia, ya que la multitud ignoró sus súplicas de suspensión de las hostilidades. [19] En el pasado, los emperadores habían cancelado carreras debido a que exacerbaban las tensiones y empeoraban la violencia entre facciones. [4]

Los alborotadores exigieron que Justiniano destituyera al prefecto Juan de Capadocia y al cuestor Triboniano. Para calmar la situación, Justiniano se disculpó y aceptó sus demandas. Sin embargo, muchos en la multitud no aceptaron sus disculpas. [5] Luego declararon un nuevo emperador, Hipatio , sobrino del ex emperador Anastasio I. [ 21] Diferentes fuentes dicen que Hipatio pudo haber tenido un acuerdo con Justiniano para llevar a la multitud al hipódromo. Pero según algunas tradiciones, se le dijo incorrectamente que Justiniano había abandonado el palacio y disfrutaba de ser proclamado emperador. [5] Procopio escribe que las facciones sacaron a Hipatio de su casa y lo llamaron emperador en contra de su voluntad y la de su esposa. [22]

Justiniano pensó en huir, pero se dice que su esposa Teodora lo disuadió, diciendo: «Quienes han llevado la corona nunca sobrevivirán a su pérdida. Nunca veré el día en que no se me salude como emperatriz». [23] También se le atribuye, según Procopio, haber añadido: «Quien nace a la luz del día debe morir tarde o temprano; y ¿cómo podría un emperador permitirse ser un fugitivo?». [10] Aunque una ruta de escape a través del mar estaba abierta para el emperador, Teodora insistió en que se quedaría en la ciudad, citando un antiguo dicho: «La realeza es un hermoso sudario», o tal vez, «[el color real] púrpura hace un hermoso sudario». [24] Sin embargo, el discurso de Teodora citado por Procopio puede verse como representativo de las discusiones que tuvieron lugar en el palacio, más que literal. [25]

Justiniano ideó un plan que involucraba al eunuco Narsés y a los generales Belisario y Mundus . Llevando una bolsa de oro que le había dado Justiniano, el eunuco de complexión delgada entró al Hipódromo solo y desarmado. Narsés fue directamente a la sección de los Azules, donde se acercó a los Azules importantes y les recordó que Justiniano los apoyaba frente a los Verdes. Distribuyó el oro y los líderes Azules hablaron en voz baja entre ellos y luego se dirigieron a sus seguidores. En medio de la coronación de Hipatio, los Azules pro-Justinianos se separaron, lo que llevó a los Verdes a lanzarles piedras. Luego, las tropas lideradas por Belisario, Mundus y Constanciolo irrumpieron en el Hipódromo, y Belisario capturó a Hipatio y Pompeyo mientras Mundus mataba a cualquier persona restante indiscriminadamente, ya fueran Azules o Verdes. [11] [10]

Secuelas

Según el relato de Procopio, alrededor de 30.000 personas fueron asesinadas, aunque muchas probablemente murieron como resultado de pisoteos en el caos de la revuelta en lugar de a manos de los soldados. [1] [15] Según Procopio, Hipatio y Pompeyo mantuvieron su inocencia y argumentaron que su detención fue una injusticia. [26] A pesar de esto, Justiniano hizo ejecutar a Hipatio y Pompeyo y exilió a los senadores que habían apoyado el motín. [27] También confiscó las propiedades de los senadores que se opusieron a él. [28] Aunque, más tarde otorgó títulos y tierras a los hijos de Hipatio y Pompeyo, [29] y algunos de los funcionarios que Justiniano despidió en respuesta a las demandas de los alborotadores, como Juan el Capadocio, fueron reinstalados en sus puestos anteriores. [17]

Después reconstruyó Constantinopla y Santa Sofía. Sin embargo, el aplastamiento de los disturbios de Nika no puso fin a la violencia entre las facciones. De hecho, en 565, el último año del reinado de Justiniano, la lucha se volvió tan intensa que el prefecto de la ciudad, Juliano, tuvo que purgar a las facciones para restablecer la paz. [30]

Interpretaciones

La opinión más común es que la falta de comunicación, la indecisión y la inconsistencia de Justiniano con las facciones del circo causaron y agravaron los disturbios. [5] [31] Pero se ha postulado que si sus predecesores hubieran mostrado la misma falta de consistencia, ellos también podrían haber sido objeto de un motín de "Nika". [5]

Según Mischa Meier, Justiniano pudo haber provocado intencionalmente los disturbios para que sus rivales políticos dentro del senado, como Hipatio, se le revelaran. [20] Sin embargo, esta es una opinión que se consideró radical y fue rechazada por Pfeilschifter. [20] Clemens Koehn sostiene que Justiniano no solo consideró huir, sino que pudo haber abandonado Constantinopla por un período de tiempo, ya que algunas fuentes, como el Chronicon Paschale , afirman que un médico dentro del palacio le dijo a Hipatio que Justiniano se había ido. [ 20] La razón de su supuesta partida es controvertida; Teófanes cree que se debió al pánico, mientras que Westbrook sugiere que Justiniano esperaba conseguir nuevas tropas guarnecidas en Tracia. [20]

La mayoría de los estudiosos creen que la cronología proporcionada se deriva de dos tradiciones divergentes, incluida una de John Malalas y otra de Procopio. [19] Procopio proporciona una perspectiva interna desde el palacio, mientras que Malalas relata los disturbios de Nika como un extraño a los eventos en la ciudad. [32] Procopio, como asesor legal de Belisario, puede haber mejorado el papel de Belisario. [33]

Algunos creen que varios senadores vieron esto como una oportunidad para derrocar a Justiniano, ya que se oponían a sus nuevos impuestos y a su falta de apoyo a la nobleza . [ cita requerida ]

Citas

  1. ^ ab Este es el número dado por Procopio, Guerras (Internet Medieval Sourcebook Archivado el 12 de febrero de 2006 en Wayback Machine ).
  2. ^ Joseph Henry Dahmus (1968). La Edad Media: una historia popular. Doubleday. pág. 86. ISBN 9780575003156.
  3. ^ Gibbon, Edward (1867). Historia de la decadencia y caída del Imperio romano. Londres: Bell & Daldy. pág. 301.
  4. ^ abcde Greatrex, Geoffrey (noviembre de 1997). "El motín de Nika: una reevaluación". Revista de Estudios Helénicos . 117 : 60–86. doi :10.2307/632550. ISSN  0075-4269. JSTOR  632550.
  5. ^ abcdef Greatrex, Geoffrey (1997). "The Nika Riot: A Reappraisal". The Journal of Hellenic Studies . 117 : 60–86. doi :10.2307/632550. JSTOR  632550 . Consultado el 27 de octubre de 2023 .
  6. ^ Hugh Chisholm; James Louis Garvin (1926). La Enciclopedia Británica: Diccionario de artes, ciencias, literatura e información general. Encyclopædia Britannica Company, Limited. pág. 121.
  7. ^ N. Bell, Peter (2013). El conflicto social en la época de Justiniano: su naturaleza, gestión y mediación (1.ª ed.). Oxford: Oxford University Press. pp. 290–291. ISBN 9780191744921.
  8. ^ Akyürek, Engin (2021). El hipódromo de Constantinopla (1.ª ed.). Cambridge: Cambridge University Press. pp. 41, 49. ISBN 978-1-108-93198-4.
  9. ^ "CLIO History Journal – Justiniano y los disturbios de Nike". Cliojournal.wikispaces.com. Archivado desde el original el 19 de junio de 2012. Consultado el 25 de septiembre de 2013 .
  10. ^ abc Norwich, John Julius (1999). Breve historia de Bizancio . Nueva York: Vintage Books, una división de Random House, Inc., pág. 64. ISBN 0-679-77269-3.
  11. ^ abc John Malalas, Crónica, 18.71
  12. ^ Greatrex, Geoffrey (1997). "The Nika Riot: A Reappraisal" (El motín de Nika: una reevaluación). The Journal of Hellenic Studies . 117 : 60–86. doi :10.2307/632550. JSTOR  632550 . Consultado el 27 de octubre de 2023 .
  13. ^ abc Charles River Editors (2014). La Edad Oscura 476–918 Estos impuestos se aplicaban a los ricos. Justiniano el Grande: La vida y el legado del emperador bizantino . CreateSpace Independent Publishing Platform. ISBN 9781503190375.
  14. ^ abc Hughes, Ian (Historiador) (2009). Belisario: el último general romano . Yardley, Pensilvania: Westholme. ISBN 978-1-59416-085-1.OCLC 294885267  .
  15. ^ abcd Cameron, Alan (1976). Facciones circenses: azules y verdes en Roma y Bizancio . Clarendon Press. págs. 192-279. ISBN 0198148046.
  16. ^ abcdefg Heather, PJ (Peter J.) (2018). Roma resurgente: guerra e imperio en la época de Justiniano . Nueva York: Oxford University Press. ISBN 978-0-19-936274-5.OCLC 1007044617  .
  17. ^ ab Greatrex, 'El motín de Nika: una reevaluación', Journal of Hellenic Studies 117 (1997), págs. 60-86.
  18. ^ Koehn, 'Stasiôtai en stratiôtai: El motín de Nika revisitado', Byzantine Zeitschrift 116 (2023), págs. 77-104.
  19. ^ abc JB Bury, 'El motín de Nika', Journal of Hellenic Studies 17 (1897), págs. 92-119.
  20. ^ abcde Koehn (2023). "Stasiôtai into stratiôtai: The Nika Riot revisitado'". Byzantinische Zeitschrift . 116 (1): 77–103. doi :10.1515/bz-2023-0004.
  21. ^ Greatrex, Geoffrey (1997). "El motín de Nika: una reevaluación". Revista de estudios helénicos . 117 (1): 74. doi :10.2307/632550. JSTOR  632550 – vía JSTOR.
  22. ^ Prokopios. Las guerras de Justiniano, Hackett Publishing Company, Incorporated, 2014. ProQuest ebook .book 1 capítulo 24
  23. ^ Diehl, Charles. Theodora, emperatriz de Bizancio (1972). Frederick Ungar Publishing (traducido por SR Rosenbaum del original francés Theodora, Imperatice de Byzance ), pág. 87.
  24. Procopio , Guerras 1.24.32–37. Para la posibilidad de que las conmovedoras observaciones de Teodora fueran una invención de Procopio (por lo demás un cronista poco favorecedor de la vida de Teodora), véase John Moorhead, Justinian (Londres/Nueva York 1994), pp. 46–47, con una referencia a J. Evans, "The 'Nika' rebellion and the empress Theodora", en: Byzantion 54 (1984), pp. 380–382.
  25. ^ Koehn, 'Stasiôtai into stratiôtai: The Nika Riot Revisited', Byzantinische Zeitschrift 116.1 (2023), págs.
  26. ^ Prokopios. Las guerras de Justiniano, Hackett Publishing Company, Incorporated, 2014. ProQuest Ebook Central. Libro 1, capítulo 24, páginas 55-57
  27. ^ Prokopios (2014). Las guerras de Justiniano . Traducido por Dewing, HB Kaldellis, Anthony (colaborador) (1.ª ed.). Indianápolis, Indiana: Hackett Publishing Company. pág. 109. ISBN 9781624661723.
  28. ^ Procopio, Guerras , 24.1.57-58
  29. ^ JAS Evans, 'La rebelión 'Nika' y la emperatriz Teodora', Byzantion 54 (1984), págs. 380-2 https://www.jstor.org/stable/44170874
  30. ^ John Malalas, Crónica, 18.151
  31. ^ Stewart, Michael (2023). "Protectores y asesinos: eunucos cubicularii y spatarii armados, 400-532 d. C." Brill's Companion to Bodyguards in the Ancient Mediterranean . Brill. págs. 283-284.
  32. ^ JB Bury, El motín de Nika. JHS 17 (1897), 92–119.
  33. ^ Brodka, D. (2018). Narses. Politik, Krieg und Historiographie . págs. 46–56.

Fuentes generales y citadas

Lectura adicional

Enlaces externos