[2] Sólo las mujeres que estaban casadas con ciudadanos atenienses podían asistir a la fiesta, no estando presentes solteras[3] ni hombres, esperándose de éstos que enviasen a sus esposas y corriesen con los gastos, tratándoseles muy mal si intentaban espiar las ceremonias.
[6] El primer día en Atenas era el anodos, la ‘subida’ al lugar sagrado, el Tesmoforio, cerca de la colina Pnix.
La ausencia de elementos de las Tesmoforias en los mitos es notable: los cerdos del porquero Eubuleo, que fueron tragados por una grieta del suelo cuando Hades raptó a Core, son un intento por proveer una etiología a los antiguos rituales; en algunos lugares, Zeus penetra en las Tesmoforias como Zeus Eubuleo.
Los ‘misterios’ o ritos de iniciación (teletai) que rodeaban a las restrictivas ceremonias religiosas eran celosamente guardados por quienes los celebraban.
[10] Aristófanes parodió estas fiestas en su obra Las Tesmoforiantes, pero no pudo dar muchos detalles sobre el propio festival.