La goleta aparece en el siglo XVIII y tiene características funcionales parecidas al bergantín, del que se diferencia principalmente por su aparejo.
Es un buque capaz de alcanzar gran velocidad en ceñida y través, y se empleó de forma parecida al bergantín, aunque por su menor tamaño se destinaba más a actividades mercantes de cabotaje.
La goleta desaparece en el siglo XIX junto con la navegación a vela.
Las goletas ordinarias se pueden clasificar en: Todas ellas incorporan foques entre el primer mástil y el bauprés, y velas áuricas por detrás del último palo.
Embarcaciones con variantes del aparejo de la goleta, además del bergantín-goleta (palo trinquete aparejado de cruz, como por ejemplo el Juan Sebastián Elcano), son la goleta de velacho, con una o dos de tales velas en el trinquete (el palo más cercano a proa); goleta de gavias (trinquete con cangreja, escandalosa y gavias en mayor); goleta-polacra, mayor aparejado de goleta y trinquete con dos velas cuadradas y cangreja, sin cofas ni cruceta; pailebot (vela de gavia baja en trinquete) y queche, con los mismos aparejos, siendo el trinquete el palo mayor.