El nuevo instrumento utilizaba materiales tradicionales y presentaba un diseño externo que no se alejaba demasiado del patrón de su Precision, pero ofrecía un sonido absolutamente característico e innovador, más agresivo y potente que el de aquel, lo que le convertía en un instrumento muy adecuado para las nuevas corrientes musicales, especialmente para los ejecutantes de la técnica de slap.
El Stingray debía su particular sonido por una parte al hecho de ser el primer instrumento fabricado en serie que incorporaba un previo activo con ecualización a dos bandas,[2] y por la otra al enorme puente que incorporaba, que ayudaba a incrementar el sustain natural del instrumento.
Forrest White fue el responsable de este diseño que ayudaba teóricamente a eliminar los dead spots[3] del diapasón, pero el resto se lo debemos a Leo Fender,[4] quien contó con la importante ayuda de Tom Walker[5] para el diseño del previo.
En un momento en que Alembic, Modulus y otras compañías pioneras estaban investigando en la creación de superinstrumentos HI-FI de alta tecnología y elevadísimo precio, el propio Leo Fender que había revolucionado la historia de la música con la creación de su Precision bass 25 años antes, se sumaba a esta segunda revolución interna con un instrumento que, en su diseño, recogía la larga herencia de Fender a la vez que incorporaba las últimas tendencias tecnológicas.
Por su historia, sus innovaciones, su diseño, y por la enorme influencia que ha ejercido, el Music Man Stingray se merece, junto al Precision Bass y el Jazz Bass de Fender, un puesto de honor en la historia del bajo eléctrico.