stringtranslate.com

Conspiración catilinaria

Una representación del siglo XIX, realizada por Cesare Maccari , de Cicerón denunciando a Catilina en el Senado. Mary Beard señala que esta representación idealizada es "una fantasía seductora de la ocasión y el entorno". No había diferencia de edad: ambos tenían cuarenta y tantos años. [1]

La conspiración catilinaria (a veces Segunda conspiración catilinaria ) fue un intento de golpe de estado por parte de Lucio Sergio Catilina (Catilina) para derrocar a los cónsules romanos del 63 a. C. – Marco Tulio Cicerón y Cayo Antonio Híbrida – y asumir por la fuerza el control del estado en su lugar. .

La conspiración se formó después de la derrota de Catilina en las elecciones consulares del 62 (celebradas a principios de otoño del 63). Reunió una coalición de descontentos (aristócratas a quienes los votantes les habían negado el avance político, agricultores desposeídos y veteranos endeudados de Sila ) y planeó arrebatar el cónsulado a Cicerón y Antonio por la fuerza. En noviembre del 63, Cicerón expuso la conspiración, lo que provocó que Catilina huyera de Roma y finalmente se reuniera con su ejército en Etruria . El mes siguiente, Cicerón descubrió a nueve conspiradores más que se organizaban para Catilina en la ciudad y, siguiendo el consejo del Senado, los ejecutó sin juicio. A principios de enero del 62 a. C., Antonio derrotó a Catilina en batalla, poniendo fin al complot.

Las opiniones modernas sobre la conspiración varían. Descubrir la verdad de la conspiración es difícil; Es bien aceptado que las fuentes antiguas estaban muy predispuestas contra Catilina y lo demonizaron después de su derrota. El alcance de la exageración no está claro y aún se debate; la mayoría de los clasicistas están de acuerdo en que la conspiración ocurrió tal como se describe ampliamente, en lugar de ser una invención manipuladora de Cicerón, pero admiten que su amenaza real a la república fue exagerada para beneficio de Cicerón y para realzar narrativas dramáticas posteriores.

Historia

La conspiración de Catilina fue la única insurrección armada importante contra Roma entre la guerra civil de Sila (83-81 a. C.) y la guerra civil de César (49-45 a. C.). [2] Las principales fuentes al respecto son hostiles: la monografía Bellum Catilinae de Salustio y los discursos catilinarios de Cicerón . [3] Catilina, antes de la conspiración, había sido cómplice del régimen de Sila; Si bien su familia no había alcanzado el consulado desde el siglo V a. C., [4] tenía fuertes conexiones con la aristocracia y era a la vez nobilis y patricio . [5]

Había sido procesado en los años 65 y 64 a. C., pero fue absuelto después de que varios ex cónsules hablaran en su defensa. Su influencia incluso durante sus procesamientos fue considerable; por ejemplo, Cicerón había considerado una candidatura conjunta con él en el 65 a.C. Si bien algunas de las fuentes antiguas afirman que Catilina estuvo involucrada en una primera conspiración catilinaria para derrocar a los cónsules de ese año, los eruditos modernos creen que esta primera conspiración es ficticia. [3] [6]

Causas y formación

Cuencos con comida distribuidos en lienzos electorales. El cuenco de la derecha fue encargado por Lucio Casio Longino y distribuido en apoyo de la candidatura consular de Catilina en el 63 a.C. El cuenco de la izquierda fue distribuido por Marco Porcio Catón en una campaña contemporánea para el tribunado plebeyo. [7]

Catilina se había presentado al cónsulado tres veces en el año 63 a. C. y fue rechazada en todas las ocasiones por los votantes. Sólo después de su derrota en los comicios consulares del año 63 (para períodos consulares que comenzaron en el 62 a. C.) Catilina comenzó a planear un golpe de estado para apoderarse por la fuerza del consulado que le había sido negado. [8] [9]

Reclutó en su círculo a varios senadores de mala reputación: Publius Cornelius Lentulus Sura , un ex cónsul expulsado del Senado por inmoralidad en el 70 a.C.; Cayo Cornelio Cethegus , simpatizante sertoriano con pocas perspectivas de ascenso; Publius Autronius Paetus , candidato consular ganador en las elecciones del 66 a. C. a quien se le anuló la victoria y se le quitó el escaño en el Senado tras ser condenado por cargos de soborno; y otros dos senadores expulsados ​​por inmoralidad y corrupción. [10] Otros descontentos que habían esperado un ascenso pero se les había negado también se unieron a la conspiración, como Lucio Casio Longino , que había sido pretor en el 66 y derrotado en las elecciones consulares del 63 a.C.; Lucio Calpurnio Bestia ; y dos Silas. [11]

Hombres no senatoriales también llenaron las filas. El clasicista Erich Gruen describe a estos hombres como "mixtos" y añade que "no se les puede atribuir fácilmente un propósito único". [12] Algunos eran candidatos frustrados para las elecciones municipales; algunos pueden haber sido motivados por deudas; otros buscaron ganancias en el caos; y otros eran miembros de familias aristocráticas en decadencia, como Catilina. [13] Lo que les permitió plantear una amenaza significativa al Estado fue la movilización de hombres desplazados por la guerra civil de Sila. [14] Junto a los desposeídos en las proscripciones de Sila se encontraban los veteranos de Sila terratenientes que esperaban recompensas monetarias y se habían endeudado después de malas cosechas. [15] [16]

Las fuentes antiguas generalmente atribuyen su participación en la conspiración a grandes deudas que supuestamente el golpe de Catilina iba a borrar. Pero los académicos rechazan esto como la única causa y consideran indispensable la vergüenza de las ambiciones políticas no satisfechas. [17] Ninguna de las fuentes antiguas, salvo Dión, menciona ninguna conexión entre Catilina y la reforma agraria; Es probable que Dión esté equivocado: si Catilina hubiera abogado por la reforma agraria, Cicerón debería haber aludido a ella. [18] Tres de los conspiradores habían sido rechazados en las elecciones consulares; otros tres habían sido expulsados ​​del Senado; otros se vieron incapaces de alcanzar los mismos cargos que sus antepasados. [17]

La conspiración, sin embargo, era sólo para ciudadanos romanos. No era uno para esclavos. Aunque Cicerón y otros avivaron los temores de otra rebelión servil (la última rebelión servil había sido reprimida en el 71 a. C. [19] ), la evidencia se inclina en contra de su participación. [20] Catilina no planeó una revolución social, sino más bien un golpe de estado para colocarse a sí mismo y a sus aliados a cargo de la república. [21]

La derrota del proyecto de ley de reforma agraria de Rullan a principios de 63 a. C. también debe haber avivado el resentimiento: el proyecto de ley habría confirmado a los colonos de Sullan en sus tierras y les habría permitido venderlas al estado; habría distribuido nuevas tierras a ciudadanos pobres y desposeídos. El fracaso del proyecto de ley de ayuda en Roma contribuyó al apoyo del levantamiento entre los pobres. [22] A esto se sumó una crisis financiera y económica general que se remontaba al menos a la Primera Guerra Mitrídates, un cuarto de siglo antes. [23] Con una demanda renovada de capital tras la estabilidad asegurada por la victoria de Pompeyo en la Tercera Guerra Mitrídates , los prestamistas habrían reclamado deudas y aumentado las tasas de interés, llevando a los hombres a la bancarrota. [24]

Descubrimiento

Representación del siglo I d. C. de Cicerón , uno de los cónsules en el 63 a. C. y uno de los líderes de la respuesta contra Catilina, hoy en el Museo Capitolino.

El cónsul Cicerón escuchó rumores de un complot por parte de una mujer llamada Fulvia en el otoño del 63 a.C. La primera prueba concreta la proporcionó Marco Licinio Craso , quien entregó cartas el 18 o 19 de octubre en las que describía planes para masacrar a ciudadanos destacados. [25] Las cartas de Craso fueron corroboradas por informes de hombres armados reunidos en apoyo de la conspiración. [26] [27] En respuesta, el Senado aprobó un decreto declarando un tumultus (un estado de emergencia) y, después de recibir los informes de hombres armados reunidos en Etruria , llevó el senatus consultum ultimum instruyendo a los cónsules a hacer lo que fuera necesario. para responder a la crisis. [28] El 27 de octubre, el Senado había recibido informes de que Cayo Manlio, ex centurión y líder de un ejército allí, había tomado las armas cerca de Fáesulae . [29] Algunos eruditos modernos han argumentado que la revuelta de Manlio fue inicialmente independiente de los planes de Catilina; [30] Baya 2020, pág. 32, sin embargo, lo rechaza. En respuesta, Cicerón envió a dos procónsules y dos pretores cercanos para responder a la posibilidad de una insurrección armada con permiso para reclutar tropas y órdenes de mantener guardias nocturnas. [31]

Catilina permaneció en la ciudad. Si bien se menciona en las cartas anónimas enviadas a Craso, esto no era prueba suficiente para la incriminación. [32] Pero después de que mensajes de Etruria lo conectaran directamente con el levantamiento, fue acusado bajo la lex Plautia de vi (violencia pública) a principios de noviembre. [31] Los conspiradores se reunieron, probablemente el 6 de noviembre, y encontraron dos voluntarios para atentar contra la vida de Cicerón. Cicerón también alegó que los conspiradores planearon hundir a Roma en llamas y destruir la ciudad; Salustio informa que esta acusación permitió a Cicerón poner a la plebe urbana en contra de Catilina, pero los eruditos modernos no creen que Catilina quisiera de manera creíble destruir la ciudad. [33] Después de que fracasaran los atentados contra la vida de Cicerón el 7 de noviembre de 63 a. C., reunió al Senado y pronunció su primer discurso contra Catilina, denunciando públicamente la conspiración; Catilina intentó hablar en su defensa, atacando la ascendencia de Cicerón, pero fue rechazada y rápidamente abandonó la ciudad para unirse a los hombres de Manlio en Etruria. [34] Escribiendo una carta, probablemente conservada en Salustio, comprometió a su esposa a la protección de un amigo y abandonó la ciudad, justificando sus acciones en términos de honores que injustamente se le negaron y negando cualquier supuesta deuda. [35]

Maniobras

Cuando Catilina llegó al campamento de Manlio, asumió las insignias consulares. [36] El Senado respondió inmediatamente declarando a Catilina y Manlio hostes (enemigos públicos). [31] [37] La ​​historia de Cassius Dio agrega que Catilina fue rápidamente condenada por los cargos pendientes de vis (violencia pública). [38] El Senado también envió al co-cónsul de Cicerón, Cayo Antonio Híbrida , para liderar tropas contra Catilina y puso a Cicerón a cargo de la defensa de la ciudad. [39]

Ejecución de los conspiradores

En ese momento, Cicerón descubrió un complot liderado por Publius Cornelius Lentulus Sura, uno de los pretores en ejercicio, para traer a los Alóbroges , una tribu gala, para apoyar a los Catilinarios, pero los Alóbroges revelaron los planes de Lentulus. Cicerón, utilizando a los enviados de los Alóbroges como agentes dobles, buscó su cooperación para identificar a tantos miembros de la conspiración en la ciudad como fuera posible. [39] Con pruebas proporcionadas por su ayuda, el 2 o 3 de diciembre, cinco hombres fueron arrestados: Léntulo, Cetego, Estatilio, Gabinio y Cepario . Después de que los enviados galos divulgaron todo lo que sabían con promesas de inmunidad ante el Senado, los prisioneros confesaron su culpabilidad; Léntulo se vio obligado a dimitir de su magistratura y los demás fueron sometidos a arresto domiciliario. [40]

El 4 de diciembre, un informante intentó incriminar a Craso en el complot catilinario, pero no le creyeron y lo encarcelaron. [41] El mismo día también se intentó liberar a los prisioneros; el Senado respondió programando un debate sobre su suerte –junto con la suerte de otros cuatro conspiradores que habían escapado– para el día siguiente. [42]

El debate sobre la suerte de los prisioneros se produjo en el Templo de la Concordia . [43] Cicerón, como cónsul, había sido facultado por el senatus consultum ultimum previamente aprobado para tomar todas las medidas que considerara necesarias para salvaguardar el estado, pero tales decretos, si bien brindaban apoyo moral a la acción consular, no otorgaban ningún tipo de inmunidad formal. . El objetivo de Cicerón al solicitar asesoramiento senatorial era probablemente transferir la responsabilidad de cualquier ejecución al Senado en su conjunto. [44] Cuando más tarde fue acusado de matar a ciudadanos sin juicio, justificó sus acciones en términos de seguir el consejo no vinculante del Senado. [45]

Convocando al Senado por orden de antigüedad, [a] los cónsules electos y los ex cónsules se pronunciaron todos a favor de la pena de muerte. Pero cuando llamaron a Julio César , entonces pretor electo, propuso cadena perpetua o custodia en espera de juicio. [48] ​​La posición indulgente de César ganó a muchos senadores a su lado, aunque también era ilegal (no se permitían cadenas perpetuas sin juicio) y poco práctica. [49] Cicerón afirma que luego interrumpió el proceso para pronunciar un discurso instando a la acción inmediata [b] pero la marea no giró hacia la ejecución hasta que Catón el Joven habló. [50] El resumen de Plutarco indica que Catón pronunció un discurso apasionado y contundente arremetiendo contra César personalmente e implicando que César estaba aliado con los conspiradores. [52] En la versión de Salustio, Catón critica el deterioro moral del estado y critica a los senadores por no ser estrictos y duros como sus antepasados. Con el llamamiento de que una ejecución rápida provocaría deserciones entre los catilinarios y las afirmaciones exageradas de que Catilina estaría sobre ellos de forma inminente, el discurso de Catón triunfó. [53]

Cuando el Senado ratificó la propuesta de Cicerón de ejecutar a los conspiradores sin juicio, Cicerón hizo ejecutar las sentencias y proclamó al final, vixerunt ( literalmente, 'han vivido'). Luego fue aclamado por sus compañeros senadores como pater patriae ("padre de la patria"). [54]

Derrota final

Después de la muerte de los cinco prisioneros, Catilina y su ejército perdieron el apoyo. [55] Algunos en Roma, como el entonces tribuno Metelo Nepote , propusieron transferir el mando de Antonio a Pompeyo, pidiéndole a este último que salvara el estado. [56] A principios del año siguiente, cerca de Pistoria , los hombres restantes de Catilina, que sumaban al menos tres mil, [57] se enfrentaron a las fuerzas de Antonio; sin embargo, el ahora procónsul afirmó estar enfermo y Marco Petreyo estaba al mando real [58 ] – y derrotado, poniendo fin a la crisis. [55] Catilina murió en la batalla; Antonio fue aclamado como imperator . [59]

Conclusión

Denario acuñado por Lucius Scribonius Libo en el 62 a.C. La representación de Bonus Eventus en el anverso probablemente conmemora la represión de la conspiración de Catilina. [60]
Denario acuñado por Lucio Emilio Pablo en el 62 a. C. para conmemorar la derrota de Catilina. Representa a la diosa Concordia (a la izquierda); Baya 2020, pág. 54 sostiene que Paulo intentó conectar la derrota de Catilina con la paz.

Si bien Cicerón fue inicialmente aclamado por su papel en la salvación del estado, para su consternación, no recibió todo el crédito. Catón también fue aclamado por haber incitado al Senado a actuar contra los conspiradores. [61] Pero hubo algunos giros contra las acciones de Cicerón inmediatamente después de las ejecuciones sumarias. Al final del año consular, el discurso de despedida de Cicerón fue vetado por dos tribunos de la plebe . [62] Uno de los tribunos, Quinto Cecilio Metelo Nepos, también intentó acusar a Cicerón de ejecutar a ciudadanos sin juicio, aunque el Senado se lo impidió amenazando con declarar enemigo público a cualquiera que presentara una acusación. [63]

En los años siguientes, los enemigos de Cicerón se reorganizaron; Publio Clodio Pulcro , tribuno en el año 58 a.C., promulgó una ley que prohibía a todo aquel que hubiera ejecutado a un ciudadano sin juicio previo. Cicerón rápidamente huyó de la ciudad hacia Grecia. Finalmente se levantó su exilio y fue llamado a Roma al año siguiente a instancias de Pompeyo. [64] [65] Las opiniones sobre el éxito de Cicerón en la defensa de la república son variadas: mientras que Cicerón argumentó que había salvado a la Commonwealth y muchos eruditos han aceptado su defensa de la exigencia necesaria, Harriet Flower, una clasicista, escribe que lo hizo "evitando el debido proceso y los derechos civiles de los ciudadanos", al tiempo que revela "la total falta de confianza del cónsul en el sistema judicial en el que se suponía que se basaría la Nueva República de Sila ". [66]

Historiografía

Sesgo en relatos antiguos

Las principales fuentes para nosotros sobre la conspiración son Bellum Catilinae de Salustio , una monografía sobre la conspiración, y los discursos catilinarios de Cicerón. En conjunto, las fuentes –en la antigüedad– casi siempre adoptaron perspectivas anticatilinarias. [67] La ​​visión negativa de Catilina en las fuentes también llegó a la cultura imperial romana. [68]

La narrativa de Cicerón es obviamente unilateral y está bien establecido que exageró el peligro de la amenaza de Catilina en sus discursos en busca de ventajas políticas. [69] También contó su versión de la historia, también un acto de autopromoción, en una memoria y un poema de tres libros De consulatu suo . [67] La ​​narrativa de Cicerón presenta a Catilina en términos de inmoralidad mientras elude las dificultades económicas de la época. [70] Las narrativas también van más allá de los ataques a Catilina, sino que también exageran y justifican el papel y las acciones de Cicerón durante la conspiración; los propios discursos fueron publicados, c.  60 a. C. , para defender a Cicerón de reacciones políticas por sus ejecuciones sin juicio. [71]

Salustio, que estuvo activo políticamente antes y después de la conspiración, no estuvo presente en Roma en el 63 a. C., probablemente en el extranjero cumpliendo el servicio militar. [72] [73] Su historia es algo paralela a la de los Catilinarios de Cicerón (basándose en evidencia extracicerónica, especialmente fuentes orales contemporáneas) [74] pero los discursos de Cicerón y una memoria ahora perdida son fuentes centrales de la monografía de Salustio. [73] [75] [76]

El enfoque general de Salustio en el deterioro moral como causa del colapso de la república le lleva a pintar un retrato ahistórico de Catilina que elude detalles a favor de su narrativa más amplia. JT Ramsey, en un comentario sobre la monografía, escribe: [77]

S. [Salustio] no permite un cambio gradual en la estrategia y los objetivos de Catilina a medida que sus esperanzas de alcanzar el cónsulado se desvanecen, porque S. prefiere presentar a Catilina como una villana consumada, producto de una época corrupta, que se inclinó sobre la destrucción del Estado desde el principio... [77]

Y lo que es más problemático, la dependencia de Salustio de la narrativa unilateral de Cicerón lo lleva a aceptar la invectiva de Cicerón acríticamente, exacerbando la hostilidad del retrato. [78]

énfasis excesivo

Tanto los relatos antiguos como los modernos se han centrado en las formas en que Cicerón aprovechó el asunto para obtener ventajas políticas. La Invectiva pseudosalustiana contra Cicerón , por ejemplo, alega que Cicerón transformó cínicamente la lucha civil para su propio beneficio político. [79] Muchos estudiosos también descartan la conspiración y su limpieza como un asunto menor que no presentaba una amenaza grave para la república. [80] Por ejemplo, Louis E. Lord en la introducción a la traducción de 1937 de la Biblioteca Clásica Loeb de los discursos catilinarios de Cicerón lo llama "uno de los episodios más conocidos y menos significativos de la historia romana". [81]

Los estudiosos también han criticado la sobreestimación de la importancia de la insurrección de Catilina, [82] pero otros también subrayan que los asuntos no carecieron de sentido y que impulsaron a la república a la acción. [83] Erich Gruen, en La última generación de la república romana , escribe:

Es evidente, en retrospectiva, que el acontecimiento no sacudió los cimientos del Estado. El gobierno no corría ningún peligro real de derrocar; la conspiración, de hecho, fortaleció la conciencia de un interés común en el orden y la estabilidad. Sin embargo, no debe descartarse como un episodio menor y sin sentido. Los motivos del líder pueden haber sido personales y poco admirables. Pero el propio movimiento llamó la atención sobre una serie de auténticos males sociales que hasta entonces habían carecido de expresión efectiva...

La forma de la estructura social permaneció básicamente inalterada... pero los agravios habían sido llevados a la atención pública... líderes prominentes reconocieron la utilidad de responder a las necesidades expuestas en el asunto Catilinario. El proyecto de ley sobre cereales patrocinado por Catón en 62 obviamente pertenece a este contexto... Dos proyectos de ley importantes en 59 y otro en 55 contribuyeron en gran medida al alivio. [84]

Causas subyacentes

Alguna historiografía más antigua ha visto la conspiración en términos de un conflicto político partidista entre los llamados optimates y populares . Este punto de vista es criticado por aceptar acríticamente antiguos lemas políticos confusos y vacíos mientras ignora la buena fe de Sila de Catilina. [85] [86] Si bien las fuentes a veces pusieron discursos populares en boca de Catilina y otros, la naturaleza diádica de la constitución romana obligó a justificar las políticas antisenatoriales apelando a la soberanía popular. Ninguno de los defensores populares ni senatoriales cuestionó la legitimidad del otro. [87] Los estudiosos también cuestionan si Catilina tenía seguidores entre la plebe urbana y cuestionan si los discursos ciceroneos posteriores que conectan a Clodio con Catilina son meramente invectivas políticas. [88]

Si bien los estudiosos aceptan que Catilina pudo haber recibido algún apoyo de Craso y César, al menos durante sus campañas para los cónsules del 63 y 62 a. C., su apoyo no se extendió a la conspiración. [89] Algunos estudiosos más antiguos concebían a Catilina como una marioneta craso-cesariana; esta posición "está desacreditada desde hace mucho tiempo". [90]

Perspectivas críticas

Los historiadores más críticos han alegado que toda la conspiración fue inventada o incitada por Cicerón para su propio beneficio. [91] Las reevaluaciones y defensas de Catilina comenzaron con el libro Catilina, Clodio y Tiberio de Edward Spencer Beesly de 1878 , aunque esta defensa inicial fue mal recibida y carecía de pruebas. [92] Las defensas modernas más citadas son Waters 1970 y Seager 1973. [93]

En 1970, Kenneth Waters argumentó que las descripciones de la conspiración estaban motivadas principalmente por la necesidad de Cicerón de presentarse como si hubiera logrado algo durante su consulado. [94] Después de detallar el supuesto plan de Catilina, Waters sostiene que la descripción dada del mismo es prima facie increíble y que, de ser cierta, los conspiradores habrían sido inverosímilmente incompetentes. [95] Sostiene que Catilina se vio obligada a abandonar Roma bajo una nube de acusaciones falsas hacia Etruria, donde hizo causa común con un grupo preexistente de rebeldes para luchar contra el dominio político de Cicerón. [96] Waters descarta las pruebas galas como montajes del cónsul destinados a proporcionar al Senado pruebas de un complot [97] y considera la ejecución en Roma de los conspiradores y los informes de Salustio de que no se tomaron prisioneros en Pistoria como si Cicerón estuviera cortando cabos sueltos. . [98]

Robin Seager argumentó en 1973 que la participación de Catilina en un complot contra el Estado es posterior al Primer Catilinario de Cicerón y que cuando abandonó Roma en noviembre, aún no se había comprometido plenamente con ninguna rebelión. [99] También sostiene que Manlio, a quien Cicerón designó como agregado militar de Catilina, actuó independientemente de Catilina por razones distintas. [100] Sólo en Etruria, en el camino de Catilina a Massilia , se unió a Manlio después de concluir que la rebelión protegería a su dignitas más que el exilio. [101] Seager también rechaza un plan conjunto entre Catilina y Léntulo, argumentando que Léntulo probablemente se unió tarde a la conspiración para capitalizar la interrupción, [102] y describe a Cicerón intentando purgar a Italia de elementos poco confiables antes del regreso de Pompeyo para impedirlo. de apoderarse del estado como Sila. [103]

La mayoría de los estudiosos, sin embargo, rechazan las reconstrucciones de Waters y Seager y aceptan la historicidad más amplia del complot de Catilina en el 63 a.C. [104]

Notas

  1. ^ En la época de Cicerón, el orden de los discursos comenzaba con el princeps senatus , luego los cónsules electos, seguidos por los ex cónsules en un orden establecido por los cónsules presidentes a principios de año. [46] Luego siguió cada grado de magistrados: ex pretores, pretores y así sucesivamente. [47]
  2. ^ El discurso que interrumpió fue el Cuarto Catilinario. [50] Baya 2020, pág. 191 cree que el discurso conservado es ficticio: es demasiado largo y contiene alusiones anacrónicas a los acontecimientos. [51]

Referencias

Citas

  1. ^ Barba 2015, pag. 31–33.
  2. ^ Gruen 1995, pág. 416, explicando, "las insurrecciones de Lépido y Sertorious fueron... a la vez consecuencia y esencialmente continuación de [la guerra civil de Sila]. El levantamiento de Espartaco no fue un ataque a Roma, sino [un intento] de [escapar de] Italia".
  3. ^ ab Gruen 1995, pág. 417.
  4. ^ Gruen 1995, pág. 417. La Prosopografía digital de la República Romana informa que un solo Sergio alcanzó el cónsul, Lucio Sergio Fidenas , quien fue dos veces cónsul en 437 y 429 a.C. Otros tres Sergios habían servido como tribunos consulares .
  5. ^ {{harvnb|Berry|2020|p=9|ps=, citando a Sall. Cat., 5.1.
  6. ^ Seager, Robin (1964). "La primera conspiración catilinaria". Historia: Zeitschrift für Alte Geschichte . 13 (3): 338–347. ISSN  0018-2311. JSTOR  4434844. Ahora se sostiene ampliamente que la conspiración es totalmente ficticia.
  7. ^ Berry 2020, págs. 21-25.
  8. ^ Berry 2020, págs. 2, 5–6 (citando a Cic. Cael. 12–14).
  9. ^ Gruen 1995, pág. 418.
  10. ^ Gruen 1995, págs. 417-18.
  11. ^ Gruen 1995, pág. 419.
  12. ^ Gruen 1995, pág. 422.
  13. ^ Gruen 1995, págs. 422-23.
  14. ^ Gruen 1995, pág. 424.
  15. ^ Gruen 1995, págs. 424-25.
  16. ^ Baya 2020, pag. 27.
  17. ^ ab Gruen 1995, pág. 420.
  18. ^ Gruen 1995, pág. 429 n. 110.
  19. ^ Salmón, hora del Este; Lintott, Andrés (2012). "Espartaco". En Hornblower, Simón; et al. (eds.). El diccionario clásico de Oxford (4ª ed.). Prensa de la Universidad de Oxford. doi :10.1093/acrefore/9780199381135.013.6030. ISBN 978-0-19-954556-8. OCLC  959667246.
  20. Gruen 1995, págs. 428–49, explica: Cicerón habría mencionado la participación real de esclavos en lugar de simplemente alegar que Catilina planeaba reclutarlos; Cicerón negó cualquier participación de esclavos después de que la rebelión fuera aplastada; El propio Catilina rechazó el uso de esclavos.
  21. ^ Gruen 1995, pág. 429.
  22. ^ Gruen 1995, pág. 425.
  23. ^ Gruen 1995, pág. 426.
  24. ^ Gruen 1995, pág. 427.
  25. ^ Baya 2020, pag. 31.
  26. ^ Barba 2015, pag. 30.
  27. ^ Dorado 2013, pag. 127.
  28. ^ Baya 2020, pag. 32; Dorado 2013, pág. 128.
  29. ^ Dorado 2013, pag. 128.
  30. ^ Seager 1973, págs. 241–42.
  31. ^ abc Dorado 2013, pag. 129.
  32. ^ Baya 2020, pag. 33.
  33. ^ Baya 2020, pag. 34.
  34. ^ Barba 2015, pag. 30; Dorado 2013, pág. 129.
  35. ^ Berry 2020, págs. 38-40, citando a Sall. Gato, 35.
  36. ^ Baya 2020, pag. 42.
  37. ^ Sall. Cat., 36.1.
  38. ^ Dorado 2013, págs. 129-30.
  39. ^ ab Dorado 2013, pag. 130.
  40. ^ Dorado 2013, pag. 131; Berry 2020, págs. 44–46; Tempestad 2011, págs. 96–97.
  41. ^ Baya 2020, pag. 47.
  42. ^ Baya 2020, pag. 48; Dorado 2013, pág. 131.
  43. ^ Barba 2015, pag. 35.
  44. ^ Drogula 2019, pag. 68.
  45. ^ Baya 2020, pag. 50.
  46. ^ Tempestad 2011, pag. 103.
  47. ^ Lintott, Andrés (1999). La constitución de la República Romana . Oxford: Prensa de Clarendon. pag. 78.ISBN 978-0-1981-5068-8.
  48. ^ Barba 2015, pag. 35 (cadena perpetua); Drogula 2019, págs. 68–69 (custodia pendiente de juicio).
  49. ^ Baya 2020, pag. 49 ("completamente impráctico"); Tempestad 2011, pag. 98 ("tanto poco práctico como ilegal").
  50. ^ ab Drogula 2019, pag. 70.
  51. ^ Baya 2020, pag. 192.
  52. ^ Drogula 2019, pag. 71, citando a Plut. Gato. Mín. 23.3.
  53. ^ Drogula 2019, págs. 72–73.
  54. ^ Drogula 2019, pag. 70; Barba 2015, pág. 35.
  55. ^ ab Dorado 2013, pag. 131.
  56. ^ Flor 2010, pag. 146.
  57. ^ Gruen 1995, pág. 430, desestimando también la reclamación de Appian (App. BCiv. 2.7) de veinte mil por considerarla "muy inflada".
  58. ^ Sall. Cat., 59,4.
  59. ^ Broughton 1952, pag. 175.
  60. ^ Crawford 1974, págs. 441–42; Berry 2020, págs. 52–53.
  61. ^ Drogula 2019, pag. 84.
  62. ^ Barba 2015, págs. 35-36.
  63. ^ Dorado 2013, pag. 132.
  64. ^ Tempest, Kathryn (28 de enero de 2022). "Tulio Cicerón, Marco, vida". Diccionario clásico de Oxford . Prensa de la Universidad de Oxford. doi :10.1093/acrefore/9780199381135.013.6597. ISBN 978-0-19-938113-5. Consultado el 27 de mayo de 2022 .
  65. ^ Barba 2015, pag. 36.
  66. ^ Flor 2010, pag. 147, añadiendo, "cuando Cicerón [más tarde] declaró salus rei publicae suprema lex ... esto no era más que un eslogan político vacío que presagiaba el fin del gobierno constitucional".
  67. ^ ab Ramsey 2007, pág. 8.
  68. ^ Beard 2015, págs. 42-43, que describe a Catilina como "sinónimo de villanía" en la literatura romana y "como apodo para emperadores impopulares".
  69. ^ Barba 2015, págs. 47–48.
  70. ^ Barba 2015, pag. 45.
  71. ^ Baya 2020, pag. xxi.
  72. ^ Conde, CC (1966). "La carrera temprana de Salustio". Historia: Zeitschrift für Alte Geschichte . 15 (3): 307–309. ISSN  0018-2311. JSTOR  4434936.
  73. ^ ab Mellor 2002, pág. 37.
  74. ^ Baya 2020, pag. 198.
  75. ^ Dyck, Andrew R (2008). Introducción. Catilinarios . Por Cicerón. Traducido por Dyck, Andrew R. Cambridge University Press. pag. 13.ISBN 978-0521832861. OCLC  123079329.
  76. ^ McGushin 1977, pág. 8.
  77. ^ ab Ramsey 2007, págs. 16-17.
  78. ^ McGushin 1977, págs. 8-9.
  79. ^ Beard 2015, págs. 48, 540, citando a Ps.-Sall. Cic. 2.
  80. ^ Dorado 2013, pag. 126.
  81. ^ Dorado 2013, pag. 126, citando a Lord, Louis E. Introducción. En Cicerón (1937).
  82. ^ Yavetz, Z (1963). "El fracaso de la conspiración de Catilina". Historia: Zeitschrift für Alte Geschichte . 12 (4): 485–499. ISSN  0018-2311. JSTOR  4434810. Algunos historiadores modernos sobreestiman la importancia de la conspiración de Catilina.
  83. ^ Gruen 1995, págs. 431–432, citado positivamente por Golden 2013, pág. 126.
  84. ^ Gruen 1995, págs. 431–432, citado positivamente por Golden 2013, pág. 126.
  85. ^ Yavetz, Z (1963). "El fracaso de la conspiración de Catilina". Historia: Zeitschrift für Alte Geschichte . 12 (4): 485–499. ISSN  0018-2311. JSTOR  4434810.
  86. ^ Aguas 1970, pag. 207.
  87. ^ Mouritsen, H (2017). Política en la república romana . Prensa de la Universidad de Cambridge. pag. 161.ISBN 978-1107651333.
  88. ^ Harrison, Ian (2008). "Catilina, Clodio y la política popular en Roma durante los años 60 y 50 a. C.". Boletín del Instituto de Estudios Clásicos . 51 : 95-118. doi :10.1111/j.2041-5370.2008.tb00277.x. ISSN  0076-0730. JSTOR  43646709.
  89. ^ Mellor 2002, págs. 36-37.
  90. ^ Gruen 1995, pág. 429 n. 107, citando desfavorablemente a Salmon, ET (1935). "Catilina, Craso y César". La Revista Estadounidense de Filología . 56 (4): 302–316. doi :10.2307/289968. JSTOR  289968.
  91. ^ Barba 2015, pag. 48.
  92. ^ Baya 2020, pag. 3.
  93. ^ Baya 2020, pag. 4 n. 3, señalando también, "Kaplan 1968 (Catilina como precursora de César); Fini 1996 (Catilina como oponente de la corrupción senatorial); Galassi 2014 (demasiado lleno de errores para presentar un caso efectivo)".
  94. ^ Aguas 1970, pag. 196.
  95. ^ Aguas 1970, pag. 202.
  96. ^ Aguas 1970, págs.208, 213.
  97. ^ Aguas 1970, pag. 214.
  98. ^ Aguas 1970, pag. 215.
  99. ^ Seager 1973, págs. 247-248.
  100. ^ Seager 1973, pág. 241.
  101. ^ Seager 1973, pág. 248.
  102. ^ Seager 1973, pág. 245.
  103. ^ Seager 1973, pág. 246.
  104. ^ Cf. Berry 2020, pag. 3 n. 4; Barba 2015, pág. 48, llamando la atención sobre Pistoria como indicativa de un complot real pero admitiendo una posible exageración por parte de Cicerón; McGushin 1977, pág. 9, "no es solución afirmar que la conspiración fue en gran medida producto de la imaginación de Cicerón"; Phillips 1976.

fuentes modernas

Fuentes antiguas