Las hembras poseen un largo ovipositor, un órgano que suele ser característico de cada especie.Las especies que parasitan a ciertos lepidópteros (Tortricidae, Pyralidae, Oecophoridae, etc.) tienen largos ovipositores porque las orugas generalmente se ocultan tras gruesas capas de tejido vegetal.De acuerdo a la biología pueden encontrarse dos grupos: idiobiontes y koinobiontes (cenobiontes).Los koinobiontes no paralizan a su huésped (o solo lo hacen momentáneamente) y dejan sus huevos dentro del cuerpo del huésped, que continúa viviendo y creciendo por un tiempo.[4] Tienen una relación simbiótica con polydnavirus, pues son inyectados en un huésped e impiden que este rechace al parasitoide.