Los haniwa más importantes fueron encontrados en Honshū, especialmente en la región Kinai, y la parte norte de Kyūshū.
Debido a que los haniwa muestran la vestimenta, arquitectura y herramientas de ese periodo, estas esculturas constituyen un archivo histórico de gran importancia.
Las grandes sepulturas de los emperadores Ōjin (346-395) y Nintoku (395-427), donde aparecieron diversas joyas, armas, sarcófagos de piedra o terracota, cerámica y unas figuras antropomórficas de terracota llamadas haniwa, formadas por un pedestal cilíndrico y un medio busto.
Según su vestimenta y utensilios se distinguen diversos oficios en estas figuras, como granjeros, soldados, sacerdotisas, cortesanas, músicos y bailarines.
A finales de este período también aparecieron figurillas de animales, especialmente ciervos, perros, caballos, jabalís, gatos, pollos, ovejas y peces.