Comenzó su aprendizaje en el taller del encuadernador de libros Zanobi Pignoni, pariente suyo.Allí le encontró Domenico Passignano que, observando sus cualidades, lo encomendó a uno de sus antiguos alumnos, Fabrizio Boschi.No duró mucho con este maestro, de muy diferente temperamento al suyo.Su diseño tal vez esté relacionado con el de pintores flamencos como Rubens o Justus Sustermans.Eligió siempre temas bíblicos insólitos, llenos de figuras femeninas, consiguiendo crear en sus obras un ambiente cautivador.