Ruby Keeler

Aunque la madre se negó, alegando falta de dinero, el profesor insistió y consiguió darle una lección semanal, todos los sábados.

Durante las clases, una compañera le habló sobre unas pruebas para formar parte de un coro femenino.

En la última obra fue observada por Florenz Ziegfeld, que la hizo actuar en la comedia musical Whoopee!, en 1928.

En 1933, el productor Darryl F. Zanuck eligió a Keeler para la película musical de Warner Bros.

La película fue un gran éxito gracias a la innovadora y lujosa coreografía de Busby Berkeley.

Como resultado de su actuación en 42nd Street, Jack Warner dio a Keeler un contrato, con el cual pudo trabajar en éxitos tales como Gold Diggers of 1933 y Dames (1934).

No le interesaba ser una estrella cinematográfica, por lo que, feliz con su segundo matrimonio, Keeler dejó el mundo del espectáculo en 1941, y se dedicó a la crianza de sus cinco hijos.

Escena de Dames (Música y mujeres) (1934)