Tras una corta estancia en la isla, viajaron a Nueva York, donde el futuro historiador se educó.
Más tarde participaría en un proyecto para organizar la microfilmación de los documentos alemanes requisados, archivo que se convirtió en la Fundación para la Investigación del Holocausto.
Este puesto le dio acceso a los archivos del Tercer Reich incautados por el ejército estadounidense.
En 1955 sostuvo su tesis sobre el Holocausto, dirigida por Franz Neumann, pero tuvo grandes dificultades para hacerla publicar.
El autor dedicó su vida a deshacer pacientemente las falacias del Revisionismo y el Revisionismo histórico (negacionismo) sobre el genocidio judío, no sólo con sus escritos y conferencias, sino testificando contra nazis o, por ejemplo, contra el negacionista alemán Ernst Zündel.