Changchun dejó su hogar en Shandong en febrero de 1220 y viajó a Pekín.
[7][8][9] Sus conversaciones fueron registradas en el libro Xuan Feng Qing Hui Lu (en chino: 玄風慶會錄).
Hay, además, una referencia notable a una tierra aparentemente idéntica al valle superior del Yenisei.
No había hecho el viaje por gusto, sino a la fuerza, de modo que no quiso deformar la verdad: "el solitario de las montañas ha venido obedeciendo tus órdenes -contestó Changchun-.
Aunque todos contemplaron perplejos como el sabio declaraba tranquilamente a su Kan que todos los honores y amabilidades de éste habían sido en vano, Gengis Kan no expresó con palabras su descontento: asintió con la cabeza, alabando el raciocinio y la sinceridad del taoísta, y, dirigiéndose nuevamente a él, le pidió que le instruyese sobre la práctica del Tao.
Ya que aplazó la enseñanza por un tiempo indefinido, Changchun insistió en regresar cuanto antes a Samarcanda.
Los mongoles mantenían la dominación de un pueblo culto subyugado sin tener que establecerse en el país.
Yelü Chucai fue el encargado de mantener relaciones justas entre los vencedores y vencidos.
En una tienda especial, se reunieron tres veces en la calma de las noches claras -cuando el campamento dormía- los altos dignatarios del imperio mongol, con el gran Kan y su hijo Tolui al frente, para escuchar la palabra del sabio taoísta.
"Gobernar un gran imperio -dijo el sabio- es como freír pececillos, que no se los puede escamar, ni sacudir, ni quemar, y hay que tratar a cada uno con suavidad y de igual manera.
Hay que ser como el Tao: trabajar sin hacer, aparentemente, nada.
Estas ideas eran completamente extrañas, totalmente opuestas a todo lo concebido desde siempre entre los mongoles y, no obstante, Gengis Kan comprendió su grandeza, sintió que encerraban algo que debía ser respetado, y le dijo a su séquito: "lo que el sabio dice le ha sido inspirado por el Cielo.
Tiempo después, mientras Gengis perseguía a un jabalí herido en una cacería, éste cayó del caballo.
Pero como el Cielo no desea su pérdida, obligó al jabalí a detenerse y huir.
Sin embargo, para el taoísta, no había un dios personal, que ama a sus hijos, les envía avisos y los recompensa o castiga.
Changchun zi murió el mismo año y mes que Gengis Kan.
Changchun zi aparece como un personaje en la película de 2013 An End to Killing.