Płock (en yidis: פּלאָצק/Plotsk) es una ciudad en la zona central de Polonia, se encuentra asentada a orillas del río Vístula.
La ciudad es devastada en varias ocasiones durante el siglo XIII por tribus paganas provenientes del este.
En 1325, la ciudad fue incendiada por el rey Ladislao el Breve para castigar a los mazovia por haber pactado una alianza con los teutones.
Casimiro restaura la ciudad, la dota de una fortaleza y construye un castillo gótico.
A finales del siglo XVI, comienza su decadencia, debido a la competencia con Varsovia, que se encuentra en las cercanías y que se ha convertido en la nueva capital de Polonia.
En el siglo XVII, la guerra con Suecia asesta un golpe fatal a la ciudad, que resulta destruida.
La presencia judía en Płock se remonta a varios siglos, probablemente al año 1400.
Su iglesia más importante fue construida a comienzos del siglo XX, la misma se denomina Templo de la Piedad y la Caridad y se encuentra ubicada en una colina rodeada de jardines en proximidades del centro histórico de Płock, a orillas del río Vístula.