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Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación

La Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación ( UMCE), es una universidad pública y tradicional ubicada en la comuna de Ñuñoa , Chile . Es la cuarta universidad más antigua del país, fundada en 1889 como colegio mayor de la Universidad de Chile.

Historia

Orígenes

Ignacio Domeyko, científico chileno-polaco y profesor del Instituto Nacional de Chile, fue el primer intelectual en señalar la necesidad de una institución dedicada a la ciencia de la pedagogía.

Ignacio Domeyko , científico y profesor del Instituto Nacional José Miguel Carrera , manifiesta por primera vez -durante un año de 1842- la necesidad de cambiar el sistema de educación en Chile , inspirado en los modelos que se estaban implementando en Europa donde se estaba empezando a desarrollar una nueva ciencia: la pedagogía. En esa época, Domeyko era un joven inmigrante en las enseñanzas universitarias de su patria, particularmente en París , Francia, entregó muchos conocimientos que no se limitaban a las ciencias naturales, si no que era una innovación en ideas para la organización que no encontraba educación en este país, y que lo motivó a iniciar un lento pero significativo trabajo intelectual.

La propuesta del maestro chileno nacionalizado polaco era que se creara una escuela normal similar a la que había conocido de la mano del filósofo francés Víctor Cousin. En este proyecto, utilizando una decena de las leyes que se otorgaron desde el gobierno liberal de Francisco Antonio Pinto y Díaz de la Puente al Instituto Nacional en 1829, los estudiantes de todo el país, se instalaban en un departamento especial del destacado liceo durante dos años, repasando los estudios que ya se habían impartido en sus escuelas, para luego especializarse en el área que más les interesaba durante otros dos años en la universidad.

Diego Barros Arana , filósofo e historiador, asume la rectoría del Instituto Nacional entre 1863 y 1872. Advirtiendo desde un primer momento la falta de preparación del profesorado chileno, se percató también de que incluso bajo la dirección de esta institución, que contaba con los mejores maestros nacionales (entre ellos los profesores Amunátegui, Vendel-Heyl, Lobeck, Pizarro)14, la enseñanza era tosca y no tenía la didáctica que él consideraba necesaria. En este período, crearía una fallida Asociación de Profesores.

Muchos intelectuales fueron educados por este eminente historiador (quien antes de ser rector, fue profesor desde 1838 en la que es también su alma mater) entre los que destacó Valentín Letelier, principal gestor intelectual del Instituto Pedagógico, quien se conmovería fuertemente con la manera de educar de Arana, quien nunca dejó de visitar las aulas ni a los alumnos, preocupado en todo momento por no ser un simple ministro de la fe encargado de certificar un determinado acontecimiento, sino por entusiasmar, interesar y guiar las inteligencias educadas.

Su creación fue firmemente defendida por numerosos estadistas y maestros, entre los que se distinguió don Valentín Letelier, quien defendió la Pedagógica con tanta entereza que llegó a afirmar que suprimirla es imposibilitar la formación de profesores chilenos; es hacernos tributarios perpetuos de la pedagogía extranjera. Especialmente influyó la citada experiencia que tuvo con Barros Arana durante sus estudios básicos:

"En Chile se cree generalmente que cualquier ingeniero puede ser un buen profesor de matemáticas, que todo doctor es competente en ciencias naturales y que la enseñanza de las humanidades se pone en buenas manos cuando se confía a abogados. Este es un error gravísimo porque lo más adecuado para valorar la idoneidad de un profesor no son sus conocimientos, sino su didáctica."

El Instituto Pedagógico de Chile (hoy UMCE) fue pensado inicialmente como un departamento independiente adscrito al prestigioso Instituto Nacional de Chile .

Manuel Montt intentaría retomar la idea original de Domeyko de anexar el hipotético Instituto Pedagógico al Instituto Nacional, que otorgaría 20 becas para aspirantes a profesores, pero al hacerlo sería inevitable absorber el antiguo plantel para el nuevo, como ya había ocurrido antes cuando el Instituto Nacional General José Miguel Carrera desarmó todo el edificio y cuerpo académico de la Real Universidad de San Felipe en 1813, por lo que la idea fue descartada.

El Instituto Pedagógico

En 1888, durante el gobierno del presidente liberal José Manuel Balmaceda , el ministro de Justicia, Culto e Instrucción Pública (equivalente al actual Ministerio de Educación) Federico Puga Borne -al igual que Letelier, exinstituto y exalumno del profesor Arana- redacta el decreto de formación del Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile, que resguardaba el presupuesto que permitía dar vida al proyecto luego de 40 años de espera. La suma era de cuarenta mil pesos chilenos, y fue firmado al año siguiente por el nuevo ministro Julio Bañados Espinosa el 29 de abril de 1889.

El Ministro Bañados contactó a Valentín Letelier y Claudio Matte, quienes fueron miembros de la delegación chilena en Alemania entre 1883 y 1885 donde estudiaron el sistema de educación alemán (Matte sirvió como traductor de Letelier, ya que era el único que manejaba el idioma alemán) para implementarlo en la institución. Posteriormente, los futuros profesores serían precisamente alemanes.

El pedagógico nació como un internado, gratuito y con la obligación de proporcionar alojamiento, comida y alojamiento a los becarios. La enseñanza se dividió en dos ejes: humanidades y ciencias. Las humanidades se separaron en cuatro cursos: castellano/latín, francés/griego, inglés/alemán e historia/geografía. Mientras que las ciencias se dividirían en matemáticas y ciencias naturales.

Letelier supo encauzar y cimentar las aspiraciones en un establecimiento de renombre internacional que llevó el nombre de Instituto, pues fue creado bajo el auspicio de la prestigiosa Universidad de Chile, pero con una constitución moderna que favorecía la investigación y la docencia en temas relacionados con la pedagogía, tal como se utilizaba en universidades e institutos europeos como el Instituto de Estudios Políticos de París o los Colegios de la Universidad de Cambridge. Este modelo sirvió de ejemplo no sólo en Chile, donde destacó la Universidad de Concepción con un departamento de formación de profesores creado en 1919 con los mismos lineamientos de El peda, sino también en América Latina. Serían pioneros en la formación pedagógica en el continente. La labor del Instituto Pedagógico fue tan importante que cerca del 80% de los profesores chilenos se formaron en estas aulas, llegando a ser considerado uno de los centros de formación de profesores más prestigiosos de América. Numerosas Misiones Pedagógicas fueron destinadas a formar nuevos Centros Pedagógicos en otros países como Venezuela y Costa Rica.

Primer Grupo Académico

El Instituto Pedagógico

El ministro Puga encargó por primera vez en 1888 al embajador de Chile en Berlín , Domingo Gana Cruz, seis profesores de enseñanza superior: uno de filosofía, uno de historia y geografía, un tercio de filología, un cuarto de matemáticas, un quinto de ciencias físicas y un último de ciencias naturales. Así, el embajador comprendió que su futuro dependía de lo pedagógico, que para los fundadores de la institución, era ideal.

Se contrató a un selecto grupo de profesores alemanes de amplia experiencia que con dedicación exclusiva pudieran crear sus cátedras y dedicarse a la investigación, el primer cuerpo académico del Instituto Pedagógico estuvo constituido por un chileno, Enrique Nercasseau y Morán, y por los profesores alemanes:

La mayoría de los profesores que llegaron al antiguo Instituto Pedagógico lo hicieron, en parte, debido a la gran cantidad de conflictos bélicos europeos y a la exhaustiva persecución antisemita. Al respecto, la famosa filósofa chilena Carla Cordua recuerda su primer año en la casa de la calle Ricardo Cumming de la siguiente manera:

Nosotros tuvimos, debido a la persecución racial nacionalsocialista en Europa, muchos profesores judíos muy destacados y famosos, que vinieron a Hispanoamérica, muchos a Argentina, otros llegaron a Chile , y en ese sentido, la desgracia de ellos fue nuestra suerte, porque teníamos profesores fabulosos, completamente excepcionales para el nivel general de los estudios universitarios chilenos. (...) esa gente era completamente excepcional, y había sido estafada desde Europa, particularmente en Alemania, pero también en otros países que son antisemitas hasta el día de hoy.

Principios del siglo XX

Pese a la insistencia de Letelier en dejar lo Pedagógico al ala de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile, recién a fines de 1890 la casa de estudios aceptó esta solicitud por disposición del Consejo de Instrucción Pública. Este hecho es sumamente importante para la consolidación del status universitario que aún conserva la profesión pedagógica. Hasta fines del siglo XIX los maestros se habían formado de manera muy precaria en las Escuelas Normales de Chile. La dirección del instituto pasó al alemán P. Friedrich Richard Adelbart Johow18 y su primera generación de profesores se graduó en 1896.

Primeros alumnos del Liceo de Aplicación, y sus primeros profesores, En el centro de la fotografía se encuentra Jorge Enrique Schneider, profesor alemán que llegó a Chile para formar parte del primer cuerpo académico de la universidad.

Liceo de Aplicación

El ministro de Instrucción Pública del gobierno de Jorge Montt, Joaquín Rodríguez Rosas, dictó el decreto supremo N° 1554 creando el Liceo de Aplicación, adscrito al Instituto Pedagógico, que comenzó a funcionar el 28 de marzo de 1892, con el objetivo de dar un espacio para que los nuevos profesores ejercieran sus habilidades con un selecto grupo de estudiantes de clase media y alta santiaguinos:

“(...) cuyas vacantes son disputadas cada año por cientos de padres”

El primer rector de este establecimiento anexo fue el profesor alemán de filología, filosofía y pedagogía (graduado de la Universidad de Jena y Leipzig), don Jorge Enrique Schneider, quien había instalado la idea del Liceo de Aplicación en un informe entregado el 10 de octubre de 1890 al Consejo de Profesores de Chile con el apoyo del director del Instituto Pedagógico, el también alemán, Friedrich Richard Adelbart Johow.

Las primeras clases del liceo se realizaron en un pequeño local ubicado en la calle Manuel Rodríguez, y tenían la particularidad de que en ellas se impartían materias no impartidas en el pedagógico como gimnasia, canto y dibujo hasta que el éxito del proyecto aumentó la matrícula inicial de un par de decenas a más de 100 alumnos por año obligando a comprar una instalación anexa a la mansión de la casa Cumming. Estar tan cerca de la casa central del Instituto Pedagógico mejoró aún más su calidad educativa y su prestigio, posicionándolo al nivel de colegios tan prestigiosos como el Instituto General Nacional José Miguel Carrera o el Colegio de los Sagrados Corazones de Santiago.

Crecimiento y movimientos sociales de principios del siglo XX

La creación del Instituto aumentó considerablemente la matrícula de la Universidad de Chile. El 15% de los matriculados (de un total de 1056 para el año 1901) eran futuros profesores, en 1900 había 210 matriculados y en 1917 el número aumentó a casi 600. De los 1098 alumnos que albergaba la pedagógica en 1921, más de la mitad eran mujeres, constituyéndose en la primera instancia de ingreso masivo femenino a la universidad en el país. Este aumento significó también dificultades, ya que la antigua casona de Cumming con Alameda, que albergaba también a un reducido número de estudiantes del Liceo de Aplicación, no daba abasto y las salas pronto se hicieron insuficientes. La carencia de fue tal que incluso la Peda, al estar saturada, recibía esporádicamente alumnas de la Escuela de Farmacia y de la de Odontología, pertenecientes a la Facultad de Medicina.

A comienzos de la década de 1920, la política de Chile -y del mundo- se vería confrontada a nuevas ideologías y movimientos que superarían por completo a los partidos políticos tradicionales. En este sentido, el movimiento estudiantil universitario tomó una mayor madurez para comprender y abordar las cuestiones que tensionaban el conflicto chileno, y que la posibilidad del socialismo llegara al poder por primera vez en la historia nacional. Los estudiantes en esa época mostraron su desacuerdo con el sistema político y social imperante y apoyaron firmemente al movimiento obrero. La Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile , que era relativamente nueva, estaba integrada principalmente por estudiantes del Instituto Pedagógico entre los que destacaban Rudecindo Ortega, José Domingo Gómez Rojas, Pedro León Loyola, Pablo de Rokha , Juan Gómez Millas (quien terminaría decepcionado de la izquierda y el socialismo, años después formaría el Partido Unión Nacionalista de Chile, un movimiento fascista) y sobre todo, Eugenio González Rojas , estudiante de filosofía que llegó a presidir la FECH entre 1922 y 1923 y fue Ministro de Educación de la República Socialista de Chile (este exalumno también fundó la Federación de Estudiantes Secundarios de Santiago durante su estancia en el Instituto General Nacional José Miguel Carrera). Años después, González viaja a Venezuela para crear el Instituto Pedagógico de Caracas. Al regresar es nombrado Director del Pedagógico y posteriormente Rector de la Universidad de Chile.

Pioneros en la investigación psicológica

La Universidad de Leipzig fue la primera en crear un laboratorio experimental de psicología e inspiró a los profesores Mann y Schneider a crear el primer símil universitario en Chile bajo la tutela del propio Wilhelm Wundt .

Con el siglo XX se inicia en Chile la Psicología Experimental , la cual tuvo un magnífico auge gracias a los profesores Guillermo Mann y J. E. Schnider quienes crearon el Laboratorio de Psicología Experimental, el cual inauguró el movimiento experimental en el país. Si bien, desde 1889 ambos profesores impartían clases de psicología, no fue hasta 1908 que Mann fue designado para comprar instrumental moderno y material bibliográfico en Europa, estableciendo de manera sólida el laboratorio que pretendía tener las características que Wilhelm Wundt utilizó en su Universidad de Leipzig . Éste sería el primer laboratorio de psicología en una institución universitaria chilena21 y el propio Wundt habría orientado a los dos profesores la selección de los instrumentos. Si bien la mayor parte del instrumental provenía de Leipzig, también hubo una considerable cantidad de material comprado en Berlín, París y Milán.

Pese al buen desempeño de esta iniciativa, la falta de financiamiento estatal (dejó de ser subvencionada en 1917) significó su cierre temprano. Hoy, parte del laboratorio sobrevive en el Departamento de Psicología de la actual Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile. Sobre estos Guillermo Mann declaró en un informe al Rector Valentín Letelier:

La función de los instrumentos destinados a la investigación psicológica no puede ser otra que la de fijar de manera exacta y mensurable las relaciones de las condiciones físicas con los procesos psicológicos que se están estudiando (...) Podemos distinguir entre los métodos del experimento psicológico las categorías: en primer lugar, los métodos de estimulación. En segundo lugar, los métodos de medición del tiempo de los procesos psíquicos. En tercer lugar, los métodos de determinación de las expresiones o manifestaciones de estos procesos. Y en cuarto lugar, los métodos de medición de los fenómenos físicos, relacionados indirectamente con los hechos psíquicos.

El laboratorio de Mann fue reabierto por Luis A. Tirapegui, psicólogo de la Universidad de Columbia, quien quería impulsar los avances de la psicología experimental en la línea de su antecesor, el campo de la educación y las iniciativas pedagógicas como la adaptación de la escala Binet-Terman al contexto chileno.20

Esta reapertura animó a otras universidades a crear sus propias versiones del Laboratorio Pedagógico, como el Laboratorio de Psicotecnología de la Universidad de Concepción, cuyo material era similar al original. También nació un laboratorio en la Pontificia Universidad Católica de Chile y la Escuela Normal de Copiapó con los que se produjeron varios enfrentamientos intelectuales en los que chocaron las posiciones liberales y conservadoras de unas y otras.

Facultad

Antiguos alumnos

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Enlaces externos

33°27′44″S 70°35′53″O / 33.46222, -70.59806