Mateo 8:18 es el versículo 18 del octavo capítulo del Evangelio de Mateo en el Nuevo Testamento .
En el griego original según Westcott-Hort este versículo dice:
En la versión King James de la Biblia el texto dice:
La Nueva Versión Internacional traduce el pasaje así:
Para una colección de otras versiones, consulte BibleHub Mateo 8:18.
MacEvilly cree que Cristo deseaba evitar las multitudes que sus curaciones milagrosas habían atraído para dar un ejemplo de desprecio por la alabanza humana. [1] El mismo relato se menciona en Marcos 1:35 y Lucas 4:42.
Crisóstomo : “Porque Cristo no sólo sanó el cuerpo, sino que también purificó el alma, quiso mostrar la verdadera sabiduría, no sólo curando enfermedades, sino no haciendo nada con ostentación; y por eso se dice: “Cuando Jesús vio grandes multitudes a su alrededor, ordenó a sus discípulos que cruzaran al otro lado. Esto lo hizo de inmediato enseñándonos a ser humildes, suavizando la mala voluntad de los judíos y enseñándonos a no hacer nada con ostentación”. [2]
San Remigio : "O bien, hizo esto como quien desea evitar la multitud. Pero ellos se quedaron atónitos ante Él, apretujados para verlo. ¿Quién se apartaría de aquel que hacía tales milagros? ¿Quién no querría mirar Su rostro abierto, para ver Su boca que decía tales cosas? Pues si el rostro de Moisés se hizo glorioso, y el de Esteban como el de un ángel, de esto se deduce que se suponía que su Señor común debía haber aparecido entonces, de quien habla el profeta: Tu forma es más hermosa que la de los hijos de los hombres (Sal. 45:2)" [2]
Hilario de Poitiers : "El nombre de discípulos no debe suponerse limitado a los doce Apóstoles, pues leemos que hubo muchos discípulos además de los doce." [2]
Agustín : «Es claro que este día en que cruzaron el lago era otro día, y no el que siguió a aquel en que fue sanada la suegra de Pedro, día en que Marcos y Lucas refieren que salió al desierto.» [2]
Crisóstomo : “Observad que no despide a las multitudes para no ofenderlas. Les dijo: Apartaos, pero ordenó a sus discípulos que se fueran de allí, para que las multitudes pudieran tener la esperanza de poder seguirlo.” [2]
San Remigio : "Lo que pasó entre el mandato del Señor dado y su paso, el evangelista se propone referirlo en lo que sigue: Y uno de los escribas se acercó a él y le dijo: Maestro, te seguiré adondequiera que vayas". [2]