A los 25 años, el padre de Denke murió y su hermano mayor heredó la casa de su infancia, mientras que Denke recibió una parte del dinero, que utilizó para comprar un terreno.
Denke compró una casa para alquilar en la actual calle Stawowa, pero la inflación le obligó a venderla.
Seis años más tarde, en 1909, mató a Emma Sander, de 25 años (otro trabajador del matadero, Eduard Trautmann, fue declarado culpable de su asesinato, pero quedó en libertad en 1926 tras descubrirse la verdad).
[3][4] Denke también llevaba un libro de contabilidad en el que registraba sus asesinatos.
Según Olivier, se había sentado en un escritorio tras recibir papel y bolígrafo, pero se volvió hacia su anfitrión tras quedarse perplejo cuando Denke le dictó «Adolph, du fetter Wanst!» («¡Adolph, qué gordo eres!»).
[6] En un principio, no se tuvo en cuenta el testimonio de Olivier debido a la reputación de Denke entre la gente del pueblo, lo que llevó a su detención por vagabundeo y mendicidad.
Lo encerraron en una celda, donde se ahorcó horas más tarde con una ligadura no especificada (cuya naturaleza exacta varía de un relato a otro, pero lo más habitual es que fuera un pañuelo o un cordón de zapato) antes de que se pudiera llevar a cabo el interrogatorio.
Décadas después, el caso de Denke permanece en su mayor parte olvidado.