Cuando Josefina tenía 3 años su padre emigró a Orán, Argelia, sumándose el resto de su familia un año después.
Como miembro del partido, Josefina participó en la distribución de la publicación clandestina España Popular.
Fue entonces cuando Josefina y otras mujeres —unas, esposas de presos y otras, mujeres comunistas—[1] se movilizaron, creando en 1965 el Movimiento Democrático de Mujeres —germen del actual movimiento feminista—, dedicado a luchar, dentro y fuera de España, para ayudar a los presos políticos, logrando ciertas mejoras en las condiciones en los que estos se encontraban confinados.
Durante estos años, Josefina renunció a buscar un empleo fuera de casa, pues necesitaba dedicar todo su tiempo a la causa, así que sus hijos, Yenia y Marcel, se responsabilizaron de llevar el salario al hogar familiar, mientras Josefina dedicaba el poco tiempo del que disponía a coser pantalones para una sastrería y tejer jerséis para una tienda de lanas.
Empezó así para la pareja una nueva vida fuera de la clandestinidad que les permitió reavivar la lucha política y sindical que Josefina aún mantuvo unos años tras la muerte de Marcelino.