Juan 1:30 es el versículo 30 del primer capítulo del Evangelio de Juan en el Nuevo Testamento de la Biblia cristiana .
En el griego original según Westcott-Hort este versículo dice:
En la versión King James de la Biblia el texto dice:
La Nueva Versión Internacional traduce el pasaje así:
Este versículo parece tener un significado similar al del versículo 27, donde Juan parece decir: “Yo, a quien tenéis en tanta estima, no soy digno de Él, pues la distancia entre nosotros es infinita. Cristo es Dios, y yo, un simple hombre. Pues aunque yo nací antes que él y prediqué antes que él (es decir, ‘viene después de mí’), él me supera”. [1]
Teofilacto de Ohrid : “Habiendo dicho Juan a los que venían de entre los fariseos que entre ellos había uno a quien no conocían, ahora lo señala a los ignorantes: Este es aquel de quien dije: Después de mí viene un varón que es antes de mí. Nuestro Señor es llamado hombre, en referencia a su edad madura, pues tenía treinta años cuando fue bautizado; o en un sentido espiritual, como el Esposo de la Iglesia; en cuyo sentido habla San Pablo: Os he desposado con un solo esposo, para presentaros como una virgen casta a Cristo” (2 Cor. 11:2)” [2]
Agustín : “Él viene después de mí, porque nació después de mí; él es hecho antes de mí, porque es preferido a mí”. [2]
Gregorio Magno : “Explica la razón de esta superioridad en lo que sigue: Porque Él era antes que yo, como si su significado fuera: Y ésta es la razón de que Él sea superior a mí, aunque haya nacido después de mí, a saber, que Él no está circunscrito por el tiempo de su natividad. Él, que nació de Su madre en el tiempo, fue engendrado por Su Padre fuera del tiempo.” [2]
Teofilacto de Ohrid : “Escucha, Arrio. Él no dice: “Fue creado antes que yo”, sino que “era antes que yo”. Que la falsa secta de Pablo de Samosata escuche. Ellos verán que Él no derivó Su existencia original de María; porque si derivó el comienzo de Su ser de la Virgen, ¿cómo podría haber sido anterior a Su precursor?, siendo evidente que el precursor precedió a Cristo por seis meses, según el nacimiento humano”. [2]