Jodi Dean

Parte de su teoría viene influenciada por los estudios y colaboración que ha hecho con autores como Alain Badiou, Slavoj Zizkek, Jacques Ranciere o Antonio Negri.

El segundo campo importante concierne a la organización política y los movimientos sociales.

En estos capítulos la autora hace un análisis en el cual todo el cuadro político actual se han puesto de acuerdo para que se limite a hablar de comunismo como si solo hubiera habido una única experiencia comunista identificada con un fracaso económico y social.

Pero en cambio cuando se les pregunta sobre el capitalismo la gran mayoría de personas no identifican capitalismo con sus peores males (desigualdad social, calentamiento global, imperialismo, crisis cíclicas) esto es porque según ella la historia del capitalismo ha permitido que este pueda ser dinámico y con diferentes matices según los países.

[1] En este punto comienza a analizar la caída de la Unión Soviética y precisamente una de las cosas que critica es que dentro del comunismo no se ha permitido un dinamismo y unos matices diferentes, sino que como resultado del gobierno de Stalin en el cual las purgas, las hambrunas y los gulags dejaron de lado y marginaron los grandes progresos sociales que se llevaron adelante como la industrialización económica.

Y es en las redes sociales donde comenzamos a debatir sobre ese significado, sobre ese mensaje, donde mostramos nuestra aprobación o nuestro rechazo a ese debate, pero toda esa indignación, todo ese rechazo que compartimos tanto en Twitter o en Facebook al final se queda en las redes sociales y lo que comienza un proceso de alienación de nuestra opinión al mismo tiempo que se aprueban leyes devastadoras para todos nosotros.

El capitalismo necesita crear identidades individuales y romper con esa consciencia colectiva para sobrevivir.

A pesar de pertenecer a la misma clase social uno votara diferente del otro porque lo que ha conseguido es hacer más visible que nunca que la identidad individual (en este caso la raza o el color de piel) sea un hecho diferenciador y así acabar con la idea de clase.

En él hace un análisis de los movimientos sociales y de como estos se han articulado durante la última década para revisar como han evolucionado, sus debilidades y como deberían articularse en un futuro para un mayor éxito.

Las críticas recibidas han sido de diversa índole en cuanto a que ha presentado los movimientos sociales sin una capacidad de organización política real así como que han surgido movimientos sociales y posteriormente éxito sin la necesidad de crear un partido político que aglutine esa lucha.