Este diario íntimo (del cual ciertas páginas habían sido arrancadas y jamás encontradas) presenta a un James Maybrick que contaba con gran lujo de detalles la comisión de cinco asesinatos generalmente imputados al desconocido llamado Jack el Destripador.
Este manuscrito fue confiado inmediatamente a un laboratorio de análisis, pasando prueba en un microscopio electrónico.
Otro presunto hallazgo verificado en el año 1993 sirvió para apoyar la legitimidad del diario atribuido a Maybrick.
[5] Algunos autores, por ejemplo Alan Moore, han sido sumamente críticos, e incluso irónicos, respecto a la pretendida veracidad de este manuscrito.
[6] En 1995, Michael Barret confesó haber escrito ese manuscrito aunque luego se retractó, lo que sin duda agrega confusión e incertidumbre a este asunto.
En efecto, Bourgoin niega con rotundidad la tesis de que James Maybrick y Jack el Destripador fueran la misma persona.