La Revolución francesa había convencido a los presbiterianos de que si trabajaban junto con los católicos podrían parar la supresión inglesa.
Formada también para responder a la presión popular del gobierno británico que dominaba Irlanda.
En noviembre del mismo año Dublín siguió el ejemplo de Belfast y se formó otro grupo.
La Orden de Orange fue usada para espiar a los Irlandeses Unidos.
En 1797 algunos católicos de los condados de Antrim, Down y Armagh, pertenecientes a los Irlandeses Unidos, expulsaron mediante el asesinato, la tortura y encarcelamiento a muchos protestantes.