Su otro antecesor fue la Fender Jazzmaster, con la cual compartía muchos detalles técnicos y de diseño.
El Fender VI se separó del concepto del Fender Precision Bass no solo al tener seis cuerdas, sino también al poseer un mástil más corto y cuerdas más delgadas.
La circuitería y las cuerdas extras lo convertían en un instrumento ideal para los solistas, pero en los 60s muy pocos bajistas tocaban solos de bajo.
Por alguna razón, el Bass VI nunca consiguió la popularidad del Precision de cuatro cuerdas y sus derivados, ni siquiera entre las bandas de surf-rock y country, para las cuales el VI habría sido ideal gracias a sus modalidades tonales.
En 2006, la Fender Custom Shop lanzó una fiel recreación del Bass VI original que se hacía en los inicios de los 60s, con tres pastillas single coil y circuitos idénticos.