El reparador de reputaciones

Está escrito en primera persona desde el punto de vista del protagonista, Hildred Castaigne.El eje argumental del cuento gira en torno a los cambios de personalidad del protagonista luego de la lectura del libro "El Rey de amarillo", texto prohibido que leyera con pasión durante su convalecencia.[2]​ La alteración profunda de su personalidad lo llevaría a vincularse con un personaje extraño y siniestro, quien a su vez será una nefasta influencia que derivará en una auténtica locura.[4]​ La eficacia del relato reside en la inquietud que produce en el lector, que a cada paso duda de la verdad contenida en el relato, con lo cual se alteran y desdibujan los límites de lo real y lo fantástico.Este efecto se refuerza por el estilo lúcido, claro y agradable de la prosa, que contrasta con un contenido propio de una mente desquiciada.