A los quince años, y contra la opinión de su padre, ingresó en el ejército.
En Italia luchó contra el ejército austriaco al mando de 20 000 soldados, logrando algunas victorias.
Al regresar a Francia fue nombrado inspector general de la gendarmería.
No tuvo el mismo éxito en Valencia, fracasando ante la decidida actuación de Saint-Marcq.
Cuando Napoleón abdicó, fue nombrado Par de Francia por Luis XVIII.