En 1787, se mudó a Canadá para dirigir un negocio comercial con sus hijos Richard y Henry.Fue extremadamente impopular allí y regresó permanentemente a Londres en 1791, donde murió diez años después.Arnold sufrió también una gran presión por parte de su esposa, que era leal a la Corona británica junto con su suegro y demás familia política.En septiembre de 1780, habiéndose ya dañado sus relaciones con los independentistas estadounidenses, Arnold tramó su plan, que de funcionar, habría otorgado el control del valle del Río Hudson a las fuerzas británicas, y hubiera ayudado a que estas dividieran las Trece Colonias por la mitad.Clinton aceptó los servicios de Arnold y le prometió un alto rango militar en el ejército británico así como una elevada suma de dinero, para lo cual le envió como intermediario al mayor John André.Arnold se estableció definitivamente en Londres, dedicándose al comercio ultramarino con desigual fortuna, ganando cierta riqueza pero también acumulando deudas.El gobierno británico tampoco aceptó sus reiteradas solicitudes para desempeñar puestos oficiales importantes, y en la práctica nunca se le otorgaron mandos militares efectivos.Irónicamente, Arnold fue cuestionado por los whigs del Parlamento británico por haber traicionado a sus jefes, mientras que fue simultáneamente ignorado por los tories que habían sido opuestos a todo entendimiento con los colonos pero desconfiaban del tardío "cambio de bando" de Arnold.[2] Dicho monumento carece de nombre escrito aunque da bastantes pistas sobre la identidad del homenajeado: "En memoria del más brillante soldado del Ejército Continental quien fue desesperadamente herido en este preciso lugar (...) logrando para sus paisanos la decisiva batalla de la Revolución Colonial Norteamericana y para sí mismo el rango de Mayor General".