Altavista , o Chalchihuites , es un sitio arqueológico cercano al municipio de Chalchihuites en el estado mexicano de Zacatecas , en el noroeste de México. Se cree que el sitio fue un oasis cultural que estuvo ocupado de manera más o menos continua desde el año 100 d. C. hasta el 1400 d. C. [1]
El sitio se encuentra dentro de la “Sierra de Chalchihuites” – del vocablo náhuatl chalchíhuitl , el nombre significa “piedra preciosa” – donde se estableció la cultura Chalchihuites-Chichimeca.
El nombre de Altavista se debe a un rancho que existía en las inmediaciones en la época en que el arqueólogo Manuel Gamio visitó la zona. Existen opiniones de que este centro ceremonial fue desarrollado por la rama Súchil de la cultura Chalchihuites. [2]
El sitio está relacionado con la cultura Chalchihuites que floreció durante el periodo clásico mesoamericano , la cual contaba con una estructura social y política; tenía un sistema de escritura jeroglífica; y construyó ciudades formales y centros ceremoniales, pues contaban con técnicas de urbanización, un sistema de numeración, astronomía y otros conocimientos importantes. Este pueblo, conocido como Chalchihuites, encontró elementos suficientes para favorecer su vida social, económica y militar, por lo que decidió establecerse aquí. [3]
Altavista era un centro de control de la ruta comercial de la turquesa, que se originaba en las minas de Nuevo México , en el estado de Nuevo México . La población decayó hacia el año 800 d. C., tras una desastrosa sequía que arruinó la agricultura en el semidesierto mexicano.
Se piensa que el auge cultural de Altavista ocurrió entre los años 400 y 650 d.C., es decir, en el periodo clásico. El centro cultural y ceremonial de Chalchihuites representa la máxima expansión norteña de Mesoamérica.
Esta cultura se extendió sobre el corredor de los flancos orientales de la Sierra Madre Occidental , desde el oeste del Estado de Zacatecas hasta Durango , entre los años 100 y 1250 d.C., aproximadamente. Se considera una cultura fronteriza o “cultura de transición”, según la clasificación del arqueólogo Manuel Gamio de los grupos sedentarios mesoamericanos y de los grupos cazadores-recolectores chichimecas que habitaron la árida meseta norte.
En 1908 Manuel Gamio realizó las primeras excavaciones científicas en el norte de México. En Alta Vista exploró la zona hoy conocida como Salón de las Columnas y la escalinata anexa; también hizo investigaciones preliminares de las "cavernas" de la región, que consideró refugios defensivos. [4]
El sitio no fue investigado hasta 1971, cuando J. Charles Kelley inició una excavación extensa del mismo. El conocimiento que hoy se tiene del sitio y la cultura Chalchihuites se debe a los 30 años de estudios realizados por Kelley y asociados en la región de los estados de Zacatecas y Durango. [5]
Según Kelley, el centro ceremonial de Alta Vista fue diseñado y construido entre los años 450 y 470 d.C. Se ha demostrado que no fue diseñado y construido al azar, sino con base en una ubicación y direcciones precisas desde el cerro Chapín, que es una meseta ubicada a siete kilómetros al suroeste del centro ceremonial donde se encontraron dos petroglifos en forma de cruz circular, similares a los encontrados en Teotihuacan . Desde esos petroglifos de piedra, durante el solsticio de verano se proyecta una alineación solar sobre una cumbre que surge en el río Colorado, conocida como el cerro Picacho. El pico, a su vez, está relacionado con el laberinto del sitio arqueológico de Alta Vista. [1] [5]
Alta Vista se ubica casi sobre el Trópico de Cáncer y está orientada de tal manera que las esquinas de las estructuras principales coinciden con los ejes de los puntos cardinales, esto no es muy común en Mesoamérica. [1]
Los trabajos de investigación de Chalchihuites de Phil Weigand, encontraron evidencia de más de 750 minas prehispánicas; probablemente el área mesoamericana con mayor actividad minera. También se encontró turquesa importada de yacimientos lejanos; probablemente originaria del suroeste de Estados Unidos, a más de mil kilómetros al norte de Chalchihuites. [1]
Según la investigación de Kelley, durante su apogeo, Altavista jugó un papel similar al de otros centros ceremoniales mesoamericanos del periodo Clásico, pero sobre una zona chichimeca clave. Esto significó que existieron actividades económicas y comercio local, intercambio de recursos con grupos extranjeros a nivel regional, provenientes de la explotación minera y un control político, que para Chalchihuites incluyó la construcción y mantenimiento de estructuras religiosas y cívicas desde el 450 al 850 d.C. aproximadamente. [1] [5]
Centros ceremoniales como Alta Vista, con sus sofisticadas características relacionadas con la compleja ideología ritual mesoamericana, son importantes para entender la naturaleza de los vínculos que Teotihuacán logró establecer en diferentes partes de Mesoamérica. Comerciantes, grupos de sacerdotes y comerciantes que lograron integrar a las incipientes élites regionales dentro de redes comerciales y establecieron rutas para mantener estas actividades, fueron, probablemente, una de las fuerzas integradoras de la Mesoamérica clásica. [1]
El sitio arqueológico fue construido de acuerdo a la ubicación y orientación precisa de dos cerros, uno es Chapín, a siete kilómetros al sureste, donde se encontraron los dos petroglifos en forma de cruz circular (similares a los de Teotihuacán ). Desde ahí se puede observar la alineación del sol sobre el otro cerro, Picacho Pelón, alineado con el laberinto de Altavista, (ver abajo) un corredor limitado por muros de adobe y pilastras incrustadas. Al final del corredor se encuentra el Observatorio, desde el cual se asoman los primeros rayos del sol equinoccial sobre la cima del cerro. [1]
La perfecta orientación de la plaza cívica o principal hacia los cuatro puntos cardinales evidencia el enorme conocimiento que poseían estos antiguos pueblos de los polos astrales y magnéticos. [1]
Otra construcción, es el “Salón de las Columnas”, se ha confirmado que se trata de un calendario lunar, el cual consta de cuatro filas paralelas de siete columnas, que equivalen al ciclo lunar de 28 días. [1]
El sitio arqueológico se encuentra cerca del Trópico de Cáncer y se cree que es uno de los principales observatorios astronómicos de Mesoamérica. Su ubicación permite la perfecta observación de los pasos de equinoccios y solsticios solares en relación a la salida del Sol por los cerros circundantes: Chapín, Pedregoso y Picacho. [1]
Es evidente que la mayoría de las construcciones de este sitio aún no han sido exploradas.
Existen dos plazas cívicas de tamaño regular, cada una de ellas cuenta con un montículo en el centro, se presume que estas fueron utilizadas para realizar sacrificios humanos, o para personas que participaban en ceremonias o competencias. Cabe mencionar que, en la plaza este, se encuentran espacios más jerarquizados, lo que lleva a pensar que estos estaban reservados para los representantes regionales de los grupos indígenas, cuando se llevaban a cabo eventos. [1]
Se trata de la estructura más antigua del sitio. Se trata de un recinto de base cuadrada que contiene vestigios de una cámara cuadrangular con 28 columnas que servían de soporte a la techumbre. El espacio está dividido en cuatro hileras paralelas de siete columnas cada una, con diferentes tamaños y formas. Se infiere que se trataba de un calendario en el que se evidencia la equivalencia del ciclo lunar de 28 días. El recinto se construyó sobre una plataforma de mampostería, integrada a un patio con un altar central y un corredor o andador perimetral elevado. [1]
Durante las excavaciones se detectó que la estructura fue cuidadosamente trazada, utilizando un sistema de postes de trazado, que servían para fijar cotas a las líneas de los muros inferior y exterior; estos postes fueron conservados y cubiertos con estuco. [1]
Se cree que el edificio original contaba con un patio abierto en el centro y que con el tiempo se modificó la estructura agregándole columnas para sostener un sistema de techado completo. En una etapa posterior se rellenó para convertirlo en una plataforma que sostenía una estructura superior, hoy desaparecida. [1]
Las llamadas “Escaleras de Gamio” probablemente eran un acceso al edificio mencionado. Se observa que varias columnas parecen haber sido reforzadas; además, se añadió algún refuerzo a los muros exteriores, por lo que se infiere que existían algunas fallas estructurales en la estructura. [1]
Cerca de la esquina inferior norte de la estructura se encontró un entierro múltiple que incluía cuatro vasijas de cerámica como ofrendas, aparentemente asociadas con los cuatro puntos cardinales. Los cuerpos de las vasijas están decorados con un águila que sostiene serpientes y relámpagos con su pico y garras. Se infiere que el edificio era un templo dedicado al culto del dios Tezcatlipoca , el dios jaguar nocturno de los cielos del norte. [1]
Trabajos de investigación realizados en 1976 por Kelley y su equipo, determinaron que esta pirámide es la última de tres etapas constructivas. En la cima encontraron los restos de un templo con almenas. En el interior de la pirámide se encuentra una cripta que contenía restos de tres individuos con ofrendas muy elaboradas, se cree que eran sacerdotes-gobernadores asociados al culto solar. [1] [5]
Se ubica al suroeste de la Pirámide del Sol, los muros y pisos de adobe fueron estucados en repetidas ocasiones. En el centro del muro sureste se localiza una pequeña entrada de 70 centímetros. Se encontraron dos hoyos en el piso de 40 centímetros de diámetro que se cree sirvieron como base para dos postes de madera que sostenían una ménsula para el soporte del techo. En el centro se encuentra un horno de piedra con estuco de adobe; mide, aproximadamente, dos metros cuadrados. En el piso de esta estructura se encontró una concentración de huesos humanos desarticulados, principalmente cráneos, mandíbulas y huesos largos, la mayoría de los cráneos presentan perforaciones en el ápice, así como dos huesos de las piernas con rastros de cuerdas mecate (rienda) atadas en los extremos. Se ha deducido que los cráneos y huesos largos colgaban del techo y que podrían representar trofeos u ofrendas asociadas a sacrificios humanos. [1]
Esta práctica de sacrificio humano con exhibición ritual aparece en la cuenca de México en el periodo Postclásico (900-1519 d.C.) como el elemento arquitectónico Tzompantli , sugiere una relación entre los grupos serranos de esta región del norte con los del altiplano central de México. [1]
Ubicado junto al Salón de las Columnas. Es un corredor largo con muros de mampostería, está conformado por una serie de retornos y pilares con ángulos diversos. Una inspección más detallada mostró varias adiciones o correcciones que se hicieron a lo largo del corredor. Se ha demostrado que la prolongación oriental del corredor y la cima del cerro Picacho están alineadas en la salida del sol equinoccial. [1]
Al parecer el sol en el horizonte, detrás de Picacho, ilumina el laberinto con un haz de luz directo, de ahí que se le denomine “camino solar”. Se destaca la precisión con la que se trazó y construyó esta estructura, para que pudiera funcionar como un instrumento de calendario solar. A un costado del laberinto se encuentra un conjunto de habitaciones, un salón y un atrio, que se identifica como el Palacio de los Astrónomos. [1]
Aún quedan muchas estructuras por estudiar. En una plataforma al suroeste del patio se encuentran vestigios de tres estructuras: una pirámide central y pequeños recintos a ambos lados.
La población de Chalchihuites está preocupada por la falta de seguridad en la zona y la falta de protección para la importante y valiosa colección de piezas arqueológicas que alberga el museo. [6]
{{cite journal}}
: Requiere citar revista |journal=
( ayuda )