Nació en Oberplan, una pequeña población de Bohemia, entonces perteneciente al Imperio austríaco y hoy situada en Chequia.
Stifter tuvo ideas muy moderadas pero no extremas, como lo muestra su actitud en las revoluciones de 1848, pero también su apoyo a las reformas del emperador Francisco José I.
Stifter murió en 1868, tras una depresión motivada por su enfermedad cancerígena; todavía algunos discuten si se suicidó.
Piedras de colores, El sendero en el bosque o El solterón son breves piezas maestras.
Ha sido admirado y defendido como modelo por muchos escritores, desde Hugo von Hofmannsthal hasta Peter Handke, su gran valedor contemporáneo.