[3] Con el crecimiento de Saltillo, sobre todo a partir del incremento industrial y demográfico que ocurre en los años sesenta del pasado siglo XX, obliga a buscar nuevas fuentes de agua para el abasto doméstico, comercial e industrial; por ello se inicia la explotación de pozos profundos, la mayoría de ellos asociados a la Sierra de Zapalinamé y a sus acuíferos subterráneos.
Posteriormente el gobierno mexicano solicitó asistencia técnica al Departamento de Desarrollo Regional de la Organización de los Estados Americanos, quien se incorporó en la preparación de un plan de manejo para este cañón, siendo evidente desde el inicio de las actividades que su manejo beneficiaría a los ejidos y en especial a la ciudad de Saltillo; al proteger a la fuente que en ese entonces abastecía con más del 40 por ciento del agua que se consumía en esta ciudad.
Estos valiosos trabajos además de dar a conocer más sobre la riqueza biológica y la composición de la vegetación presente en la sierra, al publicarlos, se convirtieron en la base para que el Gobierno del Estado de Coahuila la decretara como Zona Sujeta a Conservación ecológica.
Además, se le señala como la cuenca que surte la mayor parte del agua de uso doméstico, industrial y agrícola para las ciudades de Saltillo, Ramos Arizpe y Arteaga.
También se menciona que con su conservación, se protegen los recursos naturales de la región, los ecosistemas frágiles y la diversidad genética presente; además se pronuncia por promover el aprovechamiento y uso racional de sus recursos, el ordenamiento de la recreación y por facilitar un espacio propicio para la investigación científica.