Sucedió a su padre Ardates, y reinó dieciocho sars, al final de estos el dios Ea (Kronus según el historiador babilonio Beroso), se le apareció y le advirtió del final inminente que los dioses habían decidido destruir a la humanidad.
Más tarde le mandó construir una nave donde debía alojar a su familia y amigos y las parejas de especies animales.
Hecho lo dicho, se desencadenó la vorágine en forma de lluvias torrenciales que borraron a casi toda la humanidad de la faz del mundo.
Este monarca legendario aparece en el célebre poema de Gilgamesh, como el anciano, antepasado del héroe, que le indica dónde encontrar la planta de la inmortalidad.
Se desconoce completamente si hubo un caudillo sumerio, entre el 3100 y el 2900 antes de nuestra era, que llevara ese nombre.