Todos los musulmanes que realizan la Gran Peregrinación o hach (así como las peregrinaciones menores, umrah) beben de sus aguas, consideradas medicinales, la recogen en algún recipiente para llevarla a sus lugares de origen, y procuran sumergir en sus aguas el sudario con el que serán amortajados cuando mueran.
De fuentes fidedignas se sabe que dicho pozo ya era reverenciado en la época preislámica.
Por orden de Dios, Ibrahim abandonó a su esposa e hijo en un lugar del desierto y se marchó.
Agar buscó agua desesperadamente para su pequeño hijo, sin poder encontrar ninguna, pues La Meca se halla en un valle caluroso y seco con pocos manantiales.
[2] Según la tradición islámica, Ibrahim reconstruyó la Baitullah (‘Casa de Dios’) cerca del sitio del pozo, un edificio que había sido construido originalmente por Adán (Adem), y que hoy día recibe el nombre de Kaaba, el edificio hacia el cual los musulmanes de todo el mundo giran sus rostros al orar, cinco veces al día.
Dado que el área se ha vuelto cada vez más poblada, ha disminuido el agua de la lluvia absorbida en el Uadi Ibrahim.
También se han abierto otros pozos en el valle, algunos con registradores digitales, para monitorear la respuesta del sistema acuífero local.
[1] El agua de Zamzam es incolora e inodora, pero tiene un sabor distintivo, con un pH entre 7.9 y 8, por tanto ligeramente alcalina.
[5] La venta de agua de Zamzam es ilegal en los Emiratos Árabes Unidos (EAU), ya que, según las autoridades, está disponible en Arabia Saudita para cualquier visitante a Tierra Santa y no tiene fines comerciales.
Les resulta difícil aceptar que está contaminada, pero las autoridades de Arabia Saudita o del Reino Unido deben tomar medidas».
[13][14][15][16] Durante el Ramadán, se analizan 100 muestras todos los días para garantizar que el agua sea de buena calidad.
[18] Sin embargo, esto nunca se ha evaluado científicamente, y un artículo escrito en la revista Skeptic en 2017 afirma que las metodologías de prueba utilizadas por las autoridades sauditas para confirmar las supuestas propiedades terapéuticas del agua son incompletas, inadecuadas y sesgadas.