[1] Aži (cuyo nominativo es ažiš) es el nombre iraní avéstico correspondiente a la palabra ‘serpiente’ o ‘dragón’.
Es cognado del sánscrito védico aji (‘serpiente’), que no tiene ninguna implicación siniestra.
Hay varios posibles significados: En la mitología persa, Dahāka se trata como un nombre propio, y es el origen de Ḍaḥḥāk o Zahhāk (véase Shāhnāme).
En el Rig-veda, los dioses luchan contra los dragones, en cambio en la tradición iraní esta función la ejercen los héroes mortales.
Aunque, en otros aspectos, Aži Dahāka tiene cualidades humanas y no es un mero animal.
Su madre es Wadag (o Ōdag), descrita como una gran pecadora que cometió incesto con su hijo.
Basándose en la similitud entre Baβri y el Antiguo persa Bābiru (Babilonia), los zoroastrianos más tardíos localizado Aži Dahāka en Mesopotamia, aunque la determinación está abierta a la duda.
Sin embargo, cuando lo hizo, surgieron bichos (serpientes, insectos y otros) de las heridas, y el dios Ormazd le dijo que no a matara a Dahāg para evitar que el mundo se infestadas de estas criaturas.
En lugar de ello, Frēdōn encadenó a Dahāg y lo encarceló en el mítico monte Damāvand (más tarde identificado con el Damāvand, la montaña más alta de la cadena Alborz).
Cuando Zahhāk era joven, Ahriman se le presentó por primera vez con mucha labia, como una compañía halagadora, y poco a poco lo convenció de que debía matar a su propio padre y hacerse cargo de sus territorios.
Luego Ahriman adoptó otro disfraz y se presentó ante Zahhāk como un maravilloso cocinero.
No podían ser eliminadas quirúrgicamente, pues tan pronto como una cabeza de serpiente se cortaba, otra ocupaba su lugar.
Aconsejó a Zahhāk que el único remedio era dejar que las serpientes permanecieran sobre sus hombros, y satisfacer su hambre con cerebros humanos todos los días, de lo contrario las serpientes se alimentarían del suyo propio.
Según Ferdousí, Zahhāk es originariamente humano, pero mediante la magia de Ahriman se convierte en un monstruo.
Dos hombres, llamados Armayel y Garmayel, querían encontrar la manera de evitar que las personas fueran asesinadas por las serpientes.
Zahhāk se obsesionó con buscar a Fereydun y destruirlo, aunque no sabía dónde vivía ni quién era su familia.
Los espías localizaron a Barmāyeh en las altas praderas donde pastaba, pero Fereydun ya había huido.
Un hombre se rebeló en contra de esta farsa, un herrero llamado Kāva (Kaveh).
Zahhāk ya había dejado la capital, que cayó en manos de Fereydun con poca resistencia.
Fereydun liberó a todos los presos del Zahhāk, incluyendo Arnavāz y Shahrnavāz.
Excavada en primer lugar en 1800 por arqueólogos británicos, el Irán Patrimonio Cultural Organización ha estado estudiando la estructura en 6 etapas.