Se establecieron en el siglo XVIII en las montañas boscosas y retrocedieron al sureste del país para huir de la deforestación.
Los zafimaniry son madereros, carpinteros y artesanos desde generaciones.
Prácticamente todas las superficies están revestidas de madera (muros, ventanas, vigas, baúles, taburetes, herramientas, etc.) y están ricamente labradas.
Las casas y las tumbas se encajan según la técnica tradicional de la muesca y la espiga, sin servirse de clavos, bisagras u otras piezas metálicas.
Aunque desde hace décadas venden estatuillas y objetos decorativos o de uso cotidiano en las ciudades del entorno para asegurar su sustento, el desarrollo turístico podría alterar las tradiciones del pueblo transformando a los aldeanos en simples fabricantes de objetos de artesanía para el turismo.