Los ainu fueron vistos como un pueblo subdesarrollado, y la política del gobierno era que se integrasen al estilo de vida japonés.
Así, Chiri creció en un ambiente totalmente bilingüe japonés-ainu, y con un conocimiento sobre la literatura oral ainu que se estaba volviendo cada vez menos común en aquella época.
A pesar de tener que sufrir acoso escolar, Chiri sobresalió en sus estudios, especialmente en artes del lenguaje.
[4] En medio de su adolescencia, Chiri conoció a Kyōsuke Kindaichi, un lingüista japonés erudito del ainu, durante la era Taishō.
Chiri escogió registrar los relatos que su abuela cantaba, usando el romaji para expresar los sonidos ainu, y después tradujo el yukar transcrito al japonés.