Yolanda Regidor

Con su siguiente obra, Ego y yo (Almuzara, 2014), logra el XXX Premio Jaén de Novela.

Su calidad literaria vuelve a ser reconocida en su tercer trabajo, La espina del gato (Berenice, Almuzara, 2017), novela ambientada en el momento histórico de la Guerra Civil y en la que sorprende a sus lectores con un registro inesperado; algo que vuelve a conseguir con su obra más reciente: La última cabaña, una novela extrema sobre la soledad y la vida salvaje, publicada por Lumen en 2022, año que es seleccionada por el Ministerio de Cultura para representar a España en la Feria del Libro de Manizales.

Así, Yolanda Regidor crea personajes como grandes meteoritos: van emitiendo mucha luz y el impacto final levanta un polvo incómodo que hace toser; personajes complejos, problematizados, vulnerables y contradictorios;  personajes que se definen desde una idea constructivista, es decir, se construyen a sí mismos con base en su percepción de la vida.

(cita de la autora) Maneja una prosa fuerte y eficaz, una narrativa potente en la que destacan los principios intensos, los diálogos, de una naturalidad sumamente lograda, una gran destreza para la analepsis, los espacios para la reflexión y los finales paradójicos.

“La Piel del Camaleón” es una similitud que se hace a lo largo de la novela con nuestra propia piel, identificando la conducta humana con ese fenómeno llamado cripsis o mimetismo por el que los animales se adaptan al medio que los rodea, bien para atacar o para defenderse ocultándose de sus depredadores.

Si en “La Piel del camaleón”, Regidor se planteaba la cuestión de cómo ser uno mismo, en esta segunda da un paso más y se plantea cómo descansar de serlo.

A lo largo del camino evocarán momentos pasados de vital importancia para ambos, y en especial un hecho que les unirá inexorablemente.

Sin embargo, más allá de la trama de road movie,  Ego y yo es una obra compleja, profunda y freudiana, que esconde en su interior una baza que el lector no descifrará por entero hasta el mismo desenlace, y que propicia una aguda y honda reflexión sobre nuestra propia naturaleza, una magistral vuelta de tuerca a la trama, que nos obliga a cuestionarnos todo lo sucedido hasta ese momento.

El talento de la autora para construir diálogos veraces, sonoros, vuelve a brillar como lo hiciera en su anterior obra, esta vez con una lograda voz masculina.