Yo, el vampiro

El protagonista, Mart Prescott, asiste a una fiesta privada con un director de cine y varias figuras del mundo cinematográfico.

Allí conoce al Caballero Pierre Foutaine, un actor misterioso, al que han contratado para interpretar una película de vampiros y convertirlo en una nueva estrella a la altura de Boris Karloff.

Forrest, uno de los cámaras, le advierte que el Caballero Foutaine no puede ser captado en la película, pero muere poco después de hacer esta revelación y la película desaparece.

Sin embargo, ahora es incapaz de convertir a Jean Hubbard en una vampira porque no quiere arruinar su alma.

Foutaine entra en su cripta y libera a Mart Prescott de su control hipnótico tras despedirse.