Es la segunda versión de la cinta El mil amores protagonizada en su momento por Pedro Infante y Rosita Quintana.
Al final ambos se dan cuenta de quiénes son en realidad y Rafael compra la casa, aunque desde ese momento Cristina le deja clara su aversión hacia él.
Ya en el internado, Patricia padece las burlas de sus compañeras porque se sospecha que no tiene padre.
La directora se sorprende, pero al final acepta que Patricia continúe estudiando ahí.
Se disculpa con Cristina por el terrible malentendido y la hace salir de la oficina.
Rafael está muy desconcertado, pensando que Cristina por fin ha decidido corresponderle y le regresa el beso, pero es descubierto por Marilú y su mamá, por lo que comienzan a acusar a Rafael de infiel.