Hijo de padre marroquí y madre alemana, pasó su infancia en Tánger.
A los 14 años creció 20 centímetros en pocos meses, alcanzando el 1,95, dejó de jugar al fútbol y descubrió el baloncesto.
Desde niño viajaba a Alemania con sus padres, por lo que conocía el idioma y no le costó adaptarse.
[6] Al año siguiente regresó a su país para fichar por el New Yorker Phantoms,[7] donde jugó una temporada en la que promedió 10,7 puntos y 4,6 rebotes por partido.
en 2015 fichó por el Brose Bamberg,[10] donde en su primera temporada promedió 2,6 puntos y 1,6 rebotes por partido.