Salen entonces de caza, y ya devorada la presa, retornan a su forma primitiva, realizando la- misma operación, pero ahora en sentido inverso (es decir, de derecha a izquierda).
Supuestamente las extremidades corresponden a un ser humano mientras que la espalda es ancha y sin pelo.
Se lo describe normalmente como un yaguareté de rasgos comunes con una dimensión mayor y un carácter asesino.
[3] Dado que el yaguareté es un gran cazador solitario, exclusivamente carnívoro, captura y consume pequeños roedores, pecaríes, corzuelas, carpinchos, pacas, coatíes y yacarés.
Además es el único que puede enfrentar con éxito al poderoso tapir.