Wulfrida

Santa Wulfrida nació en el año 945 y era abadesa de Wilton cuando, en un arranque apasionado, el rey Edgar el Pacífico de Inglaterra la raptó, haciéndola su amante y madre de su hija mayor, siendo este hecho gravemente censurado por Dunstán, arzobispo de Canterbury.

Después del nacimiento de la hija de ambos, Wulfrida logra regresar a su abadía,[1]​ muriendo allí en el año 1000, a los 55 años de edad.

Más tarde ella y su hija fueron canonizadas.

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