Comenzó en el ciclismo en 1946, después de que un ciclista profesional le vio competir en una carrera local.
Su primera victoria importante se produjo en 1950 en la Burdeos-París, la clásica más larga (550 km).
Al año siguiente, formó parte del equipo neerlandés en el Tour de Francia.
A pesar de la caída salió prácticamente ileso, aunque tuvo que retirarse.
En honor de Van Est, se inauguró una placa en el Aubisque que recordaba su caída.