Wilm Hosenfeld
Nacido en una familia de fuertes tradiciones patrióticas y cristianas bávaras en Mackenzell, tras finalizar su formación pedagógica, participó en la Primera Guerra Mundial, desde 1914, en la infantería.En 1935 se afilió al partido NSDAP obnubilado por un discurso de Hitler, sin embargo nunca llegó a ser un fanático partidista y se le reprochaba su falta de compenetración con el nazismo debido a su cristianismo activo.En su diario, Hosenfeld desencantado ya de los horrores del nazismo repudiaba los actos brutales contra la población judía polaca y anotaba:Aunque era miembro del partido nazi desde 1935, Hosenfeld fue desencantándose del partido y sus dirigentes conforme pasaba el tiempo, ya en Alemania y cuando vio la forma en la que eran tratados los polacos.Avergonzado de lo que sus compatriotas hacían, se ofrecieron a quienes necesitaban su ayuda cuando fue posible.Hosenfeld entabló amistad con numerosos polacos e incluso se esforzó en aprender su lengua.El oficial pidió al pianista probar su condición de músico y Szpilman, con las manos aún entumecidas, tocó la Balada n.º 1 en sol menor, Op.Sin embargo, los extractos de sus diarios personales, cartas y testimonios no dejaron lugar a dudas respecto del noble espíritu que albergaba Hosenfeld.En ella se describe cómo el capitán alemán salva a un moribundo Szpilman, escondiéndole y proporcionándole alimento.Con sus diarios y cartas, en 2004, se publicó un libro llamado "Ich versuche jeden zu retten" (Intento salvar a todos)[3][4] que retrata esta personalidad.