Se relacionó con importantes músicos, como Mendelssohn o Schumann, cultivando amistad con el círculo de Leipzig en sus viajes a Alemania.
[1] William Sterndale Bennett tuvo su primer contacto con la música a los ocho años de edad, al entrar en el coro del King’s College.
Más tarde, recibió clases de composición con el maestro William Crotch.
[2] En ese momento, William Sterndale Bennett hizo del piano su instrumento principal.
El abril de 1832 terminó su primera sinfonía; y su actividad compositiva se incrementó cuando Cipriani Potter empezó a ser su maestro en composición.
Continuó ganando fama como pianista concertista, mientras que, ocasionalmente, tocaba el violín o la viola en la orquesta.
Los principales sitios donde interpretaba sus más recientes composiciones eran la Royal Academy, la Society of British Musicians (desde el 1834) y, ocasionalmente, algún concierto que hacía en Cambridge, sitio que continuó visitando antes y después de la muerte de sus abuelos.
Poco después de su partida, Mendelssohn escribía a Thomas Attwood con gran admiración: “Creo que él es el joven música más prometedor que conozco, no solo en tu país, sino también aquí; y estoy convencido de que si no se convierte en un gran músico, no es la voluntad de Dios, sino la suya”.
Schumann, por ejemplo, escribió: «Mientras existan artistas como Sterndale Bennett, todos los miedos por el progreso de nuestro arte en un futuro serán silenciados».
[1][2] William Sterndale Bennett volvió a Londres y empezó su larga carrera como maestro.
Se atribuye el temprano declive de su producción a la cansada y entusiasta tarea que implicaba ser un buen maestro.
Además, en 1872 se empezó a dar una beca en su honor en la Royal Academy de Londres.
Fue el periodo en el que compuso: la obertura The May Queen; las dos odas de 1862 y la obertura Paradise and the Peri el mismo año; la Sinfonía en sol menor (1863-1864); la cantata The Woman of Samaria; la obertura Ajax (terminada en 1872); y la sonata para piano Die Jungfrau von Orleans, terminada en 1873.
[3] Aun así, muchos han sido los que han intentado definir un cierto estilo en este compositor, aun coincidiendo (la mayoría) en el pensamiento de Bennett como un compositor del siglo XIX, pero no por eso muy romántico, sino claro, conciso y formal, de sencillez pulcra; sigue habiendo disparidades para crear una sola opinión de su personaje y estilo musical.
Charles Villiers Stanford escribió sobre William Sterndale Bennett:“Mantuvo sus características británicas a lo largo de su vida...
Raramente, si es que alguna vez, dio rienda suelta a su fantasía desenfrenada; todo está justamente proporcionado, claramente definido y mantenido dentro de los límites que la escrupulosidad de su autocrítica no le permitió sobrepasarlo.
Es esto lo que lo hace, como se ha dicho, un compositor tan peculiar: los efectos amplios y los contrastes audaces que admira un público sin educación están ausentes; se necesita una audiencia educada para apreciar al máximo la naturaleza exquisitamente refinada y delicada de su genio”.