Estos dos hombres lideraron la iglesia adventista en las primeras tres décadas del siglo XX.
[4] En 1892, volvió a los Estados Unidos y sirvió como secretario del recién establecido (1889) Concejo de Misiones Extrajeras.
[5] Spicer vio estas oportunidades para esparcir el mensaje adventista como una señal del cumplimiento de la profecía.
Se reunió con Kellogg y discutió con él sobre sus ideas panteístas.
Desde la guerra civil estadounidense, los adventistas eran conocidos como no-combatientes y realizaban labores en hospitales prestando atención médica.