Whittaker Chambers
En Columbia sus compañeros de estudios incluidos Meyer Schapiro, Louis Zukofsky, Clifton Fadiman, John Gassner, Lionel Trilling (quien más tarde le lo haría protagonista de su novela The Middle of the Journey),[3] y Guy Endore.La dirección comunista había exigido a la familia que abortara del primer embarazo, pero Chambers se negó en secreto.Consideraba el nacimiento de su primer hijo como "la cosa más milagrosa que nunca había sucedido en mi vida".[9] Dice que sus frecuentes viajes le dieron la oportunidad de "cancanear", especialmente en Nueva York y Washington D. C. [12] Insistió en que mantuvo estas actividades en secreto para todos, incluidos sus referentes comunistas y sus camaradas, dadas sus negativas actitudes hacia la homosexualidad.[9] Chambers contó al FBI que renunció a estas prácticas en 1938, cuando abandonó el ambiente clandestino comunista.[10] Las confesiones de Chambers dieron lugar a una respuesta hostil, dadas las fuertes actitudes sociales contra los homosexuales en 1949.[11] En 1924, Chambers leyó las obras soviéticas de Vladimir Lenin y se sintió profundamente impresionado por ellas.El biógrafo de Chambers, Sam Tanenhaus, escribió que el autoritarismo de Lenin era "precisamente lo que atraía a Chambers... Había encontrado al fin su iglesia"; así se hizo marxista.Combinando sus talentos literarios con su devoción por el comunismo, Chambers escribió cuatro cuentos en 1931 sobre las dificultades del proletariado y la rebelión, incluyendo Can You Make Out Their Voices?, considerado por la crítica como una de las mejores piezas de ficción del movimiento comunista estadounidense.[12] Hallie Flanagan coadaptó y produjo como una pieza teatral titulada Can You Hear Their Voices?(ver abajo los escritos por Chambers), estrenada en todos Estados Unidos y en muchos otros países.Chambers trabajó en Washington como organizador de los comunistas de la ciudad y como mensajero entre Nueva York y Washington llevado los documentos robados que se entregaban a Boris Bykov, jefe del aparato del GRU.[15] Chambers desatendió varias órdenes de viajar a Moscú, temiendo ser "purgado".[17] Durante el encuentro, que tuvo lugar en la casa de Berle, Woodley Mansion, en Washington, Chambers nombró a 18 empleados del gobierno, en ese momento o anteriormente, como espías o simpatizantes comunistas.Muchas de las personas mencionadas ostentaban puestos relativamente menores o ya estaban bajo sospecha.Berle conservó sus notas, que más tarde sirvieron como pruebas durante los juicios de perjurio contra Hiss.Otros escritores que trabajan para Chambers en esa sección eran el novelista Nigel Dennis, Harvey Breit, futuro editor de The New York Times Book Review y los poetas Howard Moss y Weldon Kees.[21][22] Durante este tiempo se produjeron enfrentamientos entre algunos de ellos, como Theodore H. White y Richard Lauterbach, que elevaron críticas contra lo que entendieron como el elitismo, la corrupción y la ineptitud del régimen de Chiang Kai-shek, en China, y abogaron por una mayor cooperación con el Ejército Rojo de Mao, en la lucha contra el imperialismo japonés, y Chambers y otros como Willi Schlamm, que mantenían una perspectiva incondicionalmente anticomunista a favor Chiang (más tarde ambos se unieron a la junta editorial fundadora de la National Review, de William F. Buckley Jr.).[25] Chambers estaba en la cúspide de su carrera, cuando ese mismo año estalló el caso Hiss.Como Chambers aún no había presentado pruebas, el comité se inclinó, en un primer momento, a aceptar la palabra de Hiss al respecto.Cuando el HUAC dio a conocer su informe, se refirió al testimonio de Hiss como "vago y evasivos".[29] Esta historia, sin embargo, según las informaciones del New York Times de 1970, contiene solo una verdad parcial.[30][30] Hiss no podía ser juzgado por espionaje en ese momento, porque las evidencias indicaban que el supuesto delito se había producido más de diez años antes, y el delito de espionaje prescribía a los cinco años.Además del testimonio de Chambers, un experto gubernamental declaró que otros papeles, escritos a en una máquina perteneciente a la familia de Hiss, coincidían con los papeles secretos entregados por Chambers.[28] En el segundo juicio, testificó en defensa del Hiss un psiquiatra que caracterizó a Chambers como una "personalidad psicopática" y un "mentiroso patológico".[4] Después del caso Hiss, escribió algunos artículos para las revistas Fortune, Life y Look.Chambers, Whittaker (1952).[36] Ronald Reagan manifestó que inspiró su transformación de un demócrata New Deal a un republicano conservador.Su segundo libro de memorias, Cold Friday, se publicó póstumamente en 1964 gracias a Duncan Norton-Taylor.Ha sido citado repetidamente por escritores conservadores como el presidente de Heritage, Edwin Feulner.[53] En 2011, la escritora Elena María Vidal entrevistó a David Chambers acerca del legado de su abuelo.