La idea era que una cinta muy fina suspendida en un campo magnético pudiera generar señales eléctricas.
En 1964 recibió el Anillo Werner von Siemens en honor a su pionera labor en el desarrollo físico para la comprensión de muchos fenómenos que dieron lugar a numerosas e importantes aparatos técnicos, entre ellos amplificadores de tubo y semiconductores.
La invención del superheterodino se suele atribuir a Edwin Armstrong.
IRE donde se demuestra que también había inventado ya algo parecido en Alemania en 1918.
[4][5] El francés Lucien Lévy había presentado una reclamación antes que Armstrong o Schottky, y finalmente su patente fue reconocida en los EE. UU.