Virginia Hall

Durante los siguientes 15 meses, "se convirtió en una experta en operaciones de apoyo: organizó movimientos de resistencia; suministró a los agentes dinero, armas y suministros; ayudó a escapar a los aviadores derribados; ofreció casas seguras y asistencia médica a agentes y pilotos heridos".[5]​ Pero gracias a Abbe Ackuin, un "topo" de la Gestapo en la Resistencia cuyo nombre en clave era "Bishop", los nazis pudieron arrinconar a Virginia, que tuvo que huir de Francia en noviembre de 1942 para evitar ser capturada por los alemanes.Durante seis semanas, Virginia estuvo en una prisión en Figueras (Gerona) hasta que la embajada de Estados Unidos logró liberarla.Los alemanes le dieron el sobrenombre de Artemisa y, según los informes, la Gestapo la consideraba "la espía aliada más peligrosa".Tras la Segunda Guerra Mundial, Francia le otorgó la Croix de Guerre avec Palme, Gran Bretaña la convirtió en miembro de la Orden del Imperio Británico, y el gobierno de Estados Unidos le entregó la Cruz del Servicio Distinguido.