[1] Otras religiones como el zoroastrismo y el judaísmo, aunque no sean populares, tienen siglos de larga historia en la India.
El fundamentalismo extremista y la intolerancia religiosa se consideran entre los principales impulsores, junto con el nacionalismo hindú, el separatismo sij, y el fundamentalismo islámico que actúan como catalizadores o fuerzas primarias de los brotes de violencia.
Entre los grupos que generalmente reciben ataques de violencia se encuentran las minorías religiosas, los musulmanes[2] y los cristianos, cuyo proselitismo y evangelismo es mal visto por muchas personas, de tal forma que la conversión religiosa ha llegado a ser prohibida por el gobierno de Madhya Pradesh con penas de hasta 4 años en prisión.
Las causas de esta violencia religiosa están arraigadas en la historia, en las actividades religiosas y políticas de la India.
[4][5][6] Un notable ejemplo de violencia religiosa en la India fue el asesinato de Mahatma Gandhi, a quien le disparó un extremista hindú que lo consideraba un tropiezo para la supremacía del hinduismo y el hostigamiento a las demás religiones.