Contiene un extremo N-terminal ácido y uno C-terminal básico, separados por un segmento medio rico en prolina.
En su estado "inactivo", la conformación de la vinculina está caracterizada por la interacción entre sus dominios cabeza y cola.
Esta función también se extiende a las células tumorales, regulando su movimiento y proliferación desde el sitio de inicio al resto del organismo.
La unión de la vinculina a la tallina y la actina está regulada por polifosfoinosítosidos e inhibida por fosfolípidos ácidos.
Así, el complejo sirve para anclar los filamentos de actina a la membrana.