Este yacimiento se encontró accidentalmente en el año 1998 a causa de unas obras.
El museo se divide en dos espacios: El hallazgo consiste en un baño (balneum) y unas letrinas (letrinae).
De la representación pictórica de la bóveda se conserva el fondo azul del mar con su fauna marina (peces, un pulpo -del que se pueden ver únicamente los tentáculos- y una vieira).
Este realismo apenas tiene comparación en el resto del mundo romano, a excepción de grandes hallazgos como Pompeya y Herculano, ya que la representación romana del océano, tanto en pinturas como en mosaicos, era habitualmente mitológica, presentándose al mar como lecho de una fauna marítima y terrestre modificada, o bien gastronómica, mostrando los manjares que podían obtener los huéspedes del anfitrión.
Algunos estudios comparan las pinturas de Cambre con otras encontradas recientemente en Lugo y La Coruña.