Poco después, el pastor vio cómo dos velas encendidas descendían del cielo y se posaban en ese lugar.
Los frailes franciscanos instalaron una capilla en el monasterio que, de inmediato, atrajo a los peregrinos.
El abad Stefan Moesinger encargó la construcción de la iglesia al arquitecto Johann Balthasar Neumann, que dirigió la obra desde 1743 hasta su fallecimiento ocurrido en 1753.
En 1839 el Rey Luis I de Baviera restableció las peregrinaciones e hizo reconstruir la iglesia.
Los trabajos de restauración fueron llevados a cabo durante todo el siglo XX.